Juncal Rivero, Arturo Fernández y Eva Serrano saludan tras una representación.

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LAURA MOYÀ

Alejandro es un hombre apuesto que ve con preocupación cómo los años pasan. Lucía lleva toda su vida enamorada de él, pero sin ninguna esperanza de ser correspondida. La aparición de una joven periodista, con la que Alejandro cree que puede recuperar el amor perdido, lo trastoca todo y acaba con la paz. Éste es el argumento de Desconcierto, obra protagonizada por Arturo Fernández que se representará en el Auditòrium del 12 al 22 de enero.

-El argumento de Desconcierto parece, a primera vista, bastante dramático.

-Se trata de una comedia muy realista, auténtica. Cualquier hombre puede encontrarse en la misma situación que Alejandro, un auténtico egoísta a quien lo único que le importa son la música y las mujeres. No puede tolerar no estar enamorado, aunque sólo sea una semana o una noche. Ama la estética y la belleza por encima de todas las cosas. Pero no es un drama, es un montaje muy divertido.

-¿Es un humor bueno, no degradante?
-Sí, no es chabacano. El protagonista se aferra a la vida porque ha sido muy hermosa, le ha dado todo lo que ha querido. No puede mantener una conversación con una mujer bella sin convertirse en un vampiro. Pero no se degrada a nadie en ningún momento.

-Santiago Moncada escribió el papel de Alejandro pensando en usted.

-Santiago me ha hecho un traje a medida, tiene estudiado mi cuerpo. Es nuestra cuarta colaboración y nos entendemos a la perfección. Pero esta comedia supera a todas las anteriores porque tiene los ingredientes para satisfacer a los espectadores. Incluso he tenido la osadía de cantar dos boleros. El montaje destaca por sus diálogos inteligentes, por su carpintería teatral, por su seducción, su estética y su buen gusto.