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L.MOYÀ

«Uno nunca se espera ser nominado a los Goya, pero creo que este reconocimiento es la consolidación de muchos años de trabajo». Toni Bestard explicaba ayer de esta manera el hecho de estar entre los cinco finalistas al mejor cortometraje de ficción por Equipajes, una cinta que, con tan sólo dos meses de vida, ya ha obtenido varios premios. Lo más importante de estar nominado es «la repercusión» que tendrá la historia, sobre todo en un momento en el que el realizador mallorquín está buscando financiación para el que será su primer largometraje. «Tal vez me abra alguna puerta que me permita tirar adelante el proyecto», dijo Bestard.

Se presentaron 120 cortometrajes y sólo cinco estarán el último fin de semana de enero en la gala de los Goya. A ciegas, Propiedad privada, Contracuerpo y La guerra serán los rivales de Bestard, que no se considera «favorito». «Las otras cintas son dramas y, mi historia, una comedia. No creo que tenga ninguna oportunidad porque siempre suelen vencer las tragedias». Sin embargo, el director definió la nominación como «la confirmación de que en Mallorca hay buenos realizadores». «Llevamos unos años muy buenos, con buenas ideas y galardones».

Equipajes narra un juego dialéctico entre dos personajes que esperan sus maletas. «Quería regresar a la sencillez, a la esencia del corto, sacar la frescura de los actores sin utilizar ningún recurso estilístico». ¿Qué hace que un cortometraje sea bueno? «Lo más difícil consiste en concretar en tan poco tiempo una idea, enganchar al espectador». De momento, Bestard parece haber conseguido estos objetivos porque sus anteriores trabajos, El viaje o El niño vudú, lograron numerosos premios en diferentes festivales, tanto nacionales como internacionales. «En la actualidad, los cortos se están poniendo de moda. Puede que el gran público todavía desconozca este género, pero, hoy, se hacen mejores cortos que largometrajes».