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NURIA ABAD

La Confederació d'Associacions Empresarials de Balears (CAEB) celebró ayer una conferencia-concierto en homenaje al 250 aniversario del nacimiento de Wolgang Amadeus Mozart cuyo objetivo fue, en palabras de su presidente, Josep Oliver, «fusionar la música con la gestión empresarial para otorgar una mayor creatividad e innovación al futuro de nuestras empresas». El acto se inició con una ponencia impartida por la directora de la Orquesta Sinfónica de Mujeres de Madrid, María Isabel López Calzada, y titulada El arte de dirigir equipos de alto rendimiento con perfiles altamente creativos. Su parlamento estuvo inspirado en Leopold Mozart, padre del genial compositor, «el primer empresario del universo musical, puesto que él coordinaba las giras de sus hijos, los ensayos y la promoción», a la vez que reconoció que la relación entre música y empresa es bilateral, «porque tanto necesita la empresa de la coordinación propia de una orquesta como la música de un mecenas».

La segunda ponencia del acto, al que asistieron el conseller de Educación y Cultura del Govern, Francesc Fiol, y la consellera insular de Cultura, Dolça Mulet, estuvo protagonizada por el consultor y experto en recursos humanos Manuel María Camacho, que pidió Menos gurús y más Mozart. El colaborador del diario económico Expansión indicó que «la música lleva muchos años siendo ejemplo de cómo gestionar una empresa en cuatro ideas básicas: el plan de negocio, lo que vendría a ser una partitura, la orquestación tanto de empleados como de secciones, la pasión y la diversidad para trabajar en equipo y el orden».

Ambos conferenciantes se mostraron dispuestos a repetir esta experiencia pionera en otras ciudades españolas si hoy resultaba del agrado de los asistentes. El presidente de la CAEB indicó que la iniciativa es responsabilidad de un grupo de directivos de la patronal y se mostró satisfecho con la respuesta del público, aunque confesó que en un principio había sido escéptico sobre su utilidad. La ceremonia se clausuró con un concierto del coro de la Fundació Teatre Principal de Palma, dirigido por Francesc Bonnín y que contó con la colaboración del pianista Alfredo Oyágüez para interpretar una selección de piezas deRequiem de Mozart.