El público disfrutó con la actuación de Joan Miquel Oliver. Foto: JAUME MOREY

TW
0

LAURA MOYÀ

Todos los 18 de mayo desde el año 1977, los museos de todo el mundo se convierten en protagonistas por iniciativa del Consejo Internacional de Museos (ICOM). Este año, la institución ha querido dedicar la celebración a los jóvenes para, de esta manera, acercar estos espacios a las nuevas generaciones. ¿Cómo? A través de actividades como la celebrado ayer por la noche en el Museu de Mallorca, que, adelantándose a la conmemoración de mañana, combinó las canciones de Joan Miquel Oliver y Sexy Sadie con el humor de Llonovoy. ¿Funcionó? Teniendo en cuenta que la mayoría de los asistentes al concierto de ayer noche no llegaba a los 30 años, y que los que superaban esta cifra disfrutaron igual o más de las actuaciones, sí, fue un éxito.

El evento empezó tarde, a la espera de que el patio del museo empezara a llenarse de público. Sólo se echó de menos una barra con bocadillos y bebidas para alimentar el estómago y refrescar el gaznate, que destacaron por su ausencia. Más de uno, sin embargo, fue previsor y, bocata en mano traído de casa, disfrutó de la velada tranquilamente sin hambre y sin sed.

El primero en salir a escena fue Llonovoy quien, vestido cual zarrapastroso, se transformó en un enviado de la Unesco destinado a Palma para comprobar cómo se acercaban los museos a los jóvenes. El edificio de Gesa, el Pont des Tren, la política llevada a cabo por el Govern o la cantidad de obras que hay en Ciutat, «vengo de esta guisa porque he tenido que recorrer Palma a pie», fueron algunos de los temas que trató.

Tras el humor llegó la hora de la música. Joan Miquel Oliver, acompañado por varios miembros de Antònia Font y de Marta Elka, empezó su actuación con la canción «Rellotge», repasando los temas de su proyecto en solitario, «Surfistes en càmera lenta». El tiempo apremiaba, por lo que el concierto fue rápido y directo ya que todavía quedaba quedaban por sonar las canciones de Sexy Sadie. Fue la guinda de una velada que, por primera vez, acercó el pop y el rock al patio del Museu de Mallorca.