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El presidente de la Academia de Bellas Artes de San Sebastián, Jaume Mir, y el de la Asociación de Artsitas Visuales, Rafel Bestard, coincidieron ayer en criticar el provecho que la modista Àgatha Ruiz de la Prada ha hecho sin autorización de la obra de Joan Miró para confeccionar unos vestidos y exhibirlos. «La copia de los trabajos artísticos de los demás es completamente reprobable y merece ser castigado», explicó Mir. «Nunca puede copiarse la obra de un artista, una práctica sin ningún tipo de derecho». «Otra cosa sería que hubiera una ligera inspiración, remota, hecha siempre con la autorización de las personas que tienen derecho sobre la obra. Parece que éste no es el caso».

Y aquí es donde reside uno de los principales problemas, porque la modista sabía que la Successió Miró, titular de los derechos de imagen y de autor, se oponía a su proyecto. Pese a todo, siguió adelante con el proyecto y el ex director del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) , Kosme de Barañano, autorizó la impresión de un catálogo con los trajes. La Successió Miró ha exigido al IVAM la retirada inmediata del libro. Consuelo Císcar, actual directora del IVAM, tomará en breve la decisión de retirar o no el catálogo, cuando «regrese de sus vacaciones», como explicó el servicio de prensa del IVAM.

El presidente de la Academia de San Sebastián dijo que «son muchos los artistas que se han inspirado en Miró y en Picasso, pero las inspiraciones eran simples homenajes, cogían algún motivo significativo de los dos y lo variaban, las referencias eran muy sutiles». Por su parte, el presidente de la Asociación de Artistas Visuales de Balears, Rafel Bestard, explicó que «para que un diseñador pueda hacer obras inspiradas en la obra de cualquier pintor tiene que contar con la autorización de éste o de la institución que tenga sus derechos mientras éstos duren».

Precisamente, este verano la entidad que preside Bestard hizo unas jornadas donde se debatió sobre estos derechos y se llegó a la conclusión que «los temas de los derechos de autor siempre son complicados, pero siempre que se pueda hay que llegar a un acuerdo de colaboración con quien los tenga». «Lo que suele hacerse es un trabajo conjunto entre ambas partes, con supervisión por parte del artista del trabajo de ropa que se esté realizando con su obra. Y una cosa es una inspiración o una interpretación libre y la otra es una copia».