Luz regresa a Mallorca con un álbum que desprende optimismo y vitalidad.

TW
0

«Sencilla alegría, cuando miro alrededor, y siguen las cosas donde ayer las dejé yo». Con esta frase empieza una de las canciones del último álbum de Luz, «Sencilla alegría», una frase que define a la perfección cómo es el disco. La artista se ha redefinido de nuevo y ofrece un trabajo repleto de cotidianidad en el que ha reflejado el momento vital que vivía, y sigue viviendo. Luz abre hoy las fiestas de Sant Agustí de Felanitx.

-«Sencilla alegría» desprende optimismo, ¿define el momento vital que vivía?

-Me parece importante ponerle un título a un disco que resuma la sensación general del álbum. Si no, no tendría ningún sentido. El espíritu, mi vida personal, mi situación vital, que abarca también lo musical, es así y sigue siendo así. Podría volver ese disco y ponerle el mismo título.

-Se trata de un disco repleto de pequeñas cosas, del día a día.

-Sí. Siempre he defendido mi manera de cantar, escribir o elegir los temas, siempre con más sutileza que evidencia. Nunca me ha interesado ser una cantante cronista, explicar lo que sucede. Las cosas cotidianas son por sí mismas muy significativas e importantes.

-También incluye una canción centrada en los atentados del 11-M, «Ecos». ¿Necesitaba grabarla, cantarla?

-Sí. Era un tema fundamental para aliviar la pena que llevaba dentro. El drama del atentado estaba tan a flor de piel que necesitaba expresarlo de alguna forma. Me sirvió, de alguna manera, para aligerar ese dolor y esa tristeza que me causó. La canto pocas veces en directo pero, cuando lo hago, me calma. A veces la gente cae en depresiones enormes porque no tiene cómo mitigar su tristeza. Una de las cosas para las que me sirve la música es para apaciguar mis problemas, mi dolor.