Eva Amaral, con vestido blanco y botas de cowboy, consiguió que el concierto de ayer noche fuera una gran celebración. Foto: SERGE CASES

TW
0

NICCO BRUTTI

El concierto que Amaral ofreció ayer en la plaza de toros fue literalmente ovacionado por el público mallorquín, que llenó el coso taurino para asistir a la presentación en directo en Palma del álbum «Pájaros en la cabeza» del dúo aragonés. Un escenario camaleónico que se transformaba en cada tema, haciendo uso de proyecciones de imágenes en dos pantallas gigantes y doce monitores móviles, unido a una multitud de cañones de luz, acompañaron a la perfección, durante más de dos horas de concierto, la voz de Eva Amaral y el sonido de la guitarra de Juan Aguirre. «Marta, Sebas, Guille y los demás» fue la canción encargada de inaugurar el derroche de energía de Amaral. Después, la vocalista zaragozana, vestida de blanco y con botas de cowboy, se dirigió al público, diciéndole: «Esta es una bonita noche para sentir sobre nosotros el universo». Esta fue la introducción del segundo tema del concierto, »El universo sobre mi».

El repertorio de Amaral siguió anclado a las canciones que componen «Pájaros en la cabeza», con la interpretación de «Bing bang» y «Resurrección». Poco a poco se fue calentando el ambiente para dar la bienvenida a hits como «Te Necesito», «Sin ti no soy nada» o «Salir corriendo», canciones del disco «Estrella de mar» que hicieron saltar y bailar a las cinco mil personas que animaban desde la arena y las gradas. Estos temas se entrelazaron con otros de su segundo álbum, «Una pequeña parte del mundo», temas como «Subamos al cielo» o «Cómo hablar». Quizás el momento más aclamado de la noche fue cuando Jaime G. Soriano, el vocalista de Sexy Sadie, fue invitado a compartir escenario con Eva Amaral para interpretar juntos la canción «Confiar en alguien».

Se sucedieron «Toda la noche en la calle», «Moriría por vos», «Estrella de Mar», «En el río» y «Rosita», éxitos que fueron preludio de la espectacular puesta en escena de «Enamorada», en la que Amaral fusionó su aterciopelada voz con el baile de sus brazos en un espectáculo que dejó embelesada a los miles de asistentes. Tras la calma, llegó la tormenta con «Revolución». Dos veces Eva y Juan debieron volver al escenario, en el que retomaron los temas de su último disco. De este modo, se pudieron escuchar la desgarradora «Nos soy como tú», la animosa y cautivadora «Días de verano» y la melancólica «En la madrugada». Para finalizar con «Salta», himno sin duda del optimismo que dejó un placentero sabor de boca a los miles a una audiencia de mediana edad que no dejó de vitorear a la formación aragonesa.