«Pietà» (1993), de la yugoslava Marina Abramovic, en la planta noble del Casal Solleric. Foto: JAUME MOREY

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La fotografía, las proyecciones de vídeo y las instalaciones conforman la oferta del Casal Solleric de Palma para este verano, articulada en torno a las exposición de la Colección de Fotografía de la Fundación Telefónica y las muestras de los artistas Dionisio González y Domènec, que hoy se inauguran y que permanecerán abiertas al público hasta el 11 de septiembre.

Aunque todavía se encuentra en proceso de constitución, la Colección de Fotografía Contemporánea de Telefónica reúne 43 obras de 34 artistas internacionales. Según Joan Carles Gomis, director del Solleric, «esta compilación es considerada como la mejor de España y una de las más completas de Europa». Asimismo, la definió como «paradigma de las últimas tendencias en el umbral del siglo XXI». Su eje vertebrador es precisamente este punto de inflexión, en el que la fotografía pasa de ser un documento a convertirse en un relato artístico, comenzando a adquirir conciencia de su capacidad expresiva y subvierte sus códigos y lenguajes.

Confeccionada a partir de algunos nombres emblemáticos de la contemporaneidad plástica, esta colección inicia su recorrido en los años sesenta, con los trabajos de la Escuela de Dusseldorf, los discípulos de Bernd & Hilla Becher en Europa, como Thomas Ruff, Thomas Struth, Andreas Gursky, Günther Förg, Axel Hütte y Cándida Höfer, o como John Baldessari. Autores del continente americano como Richard Prince y Cindy Sherman, para avanzar por la fotografía cinemática-pictorialista representada por Shirin Neshat, Wolfgang Tillmans, Esko Männikko, John Baldessari, Jeff Wall, Sam Taylor-Wood y Philip-Lorca diCorcia, hasta los desarrollos narrativos más actuales.

Desde la fotografía analógica hasta la digital, las nuevas tecnologías aplicadas al arte están presentes en este proyecto. «Géneros como el retrato, el paisaje o la fotografía arquitectónica forman un conjunto que abraza las temáticas características del arte actual, desde la recuperación de la memoria histórica a la denuncia social», sentenció Gomis.