«Voice Void», de Au Ments, uno de los grupos adheridos a la denuncia.

«Voice Void», de Au Ments, uno de los grupos adheridos a la denuncia.

LAURA MOYÀ30/06/05 0:00
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Un total de 23 compañías de teatro mallorquinas han firmado un comunicado en el que expresan su disconformidad con el sistema de ayudas a la producción de espectáculos y al sistema de concertación de empresas productoras de teatro del Consell. Los grupos reclaman «una reunión de las partes implicadas» y señalan que su desacuerdo es «con la redacción actual de las bases» que supondrá «un grave problema de discriminación para el conjunto del sector de las artes escénicas de Mallorca porque excluye a la mayoría de las compañías profesionales de teatro y danza», explica el comunicado. El Consell, por su parte, está dispuesto a «modificar las bases» la próxima convocatoria.

Absolut Cia., Aina Compte, Anclote Espectáculos, Au Ments, Ballet Jove de Mallorca, Buffons, Camaleó Teatre de Titelles, Centre Dramàtic Di Marco, Companyia Màgic Tonei, Pasodos, DNI Produccions, Doblefons, Elàstic Nou, Germans Mèmoli, La Lluna de Teatre, Lapislazuli, Pallassos Trio Alegria, Pometes Teatre, Rafel Oliver Produccions, S'Estornell Teatre, Té a Tres, Teresetes Migjorn y TIC son las compañías que han firmado el escrito. «Nuestra disconformidad no es con la convocatoria de ayudas del Consell, convocatoria que consideramos muy positiva para el teatro profesional mallorquín y que agradecemos», explican. Sin embargo, critican tres puntos: los requisitos previos, la composición de la junta evaluadora y la distribución de las dotaciones.

Respecto al primer punto, «los requisitos que se exigen para optar a solicitar las ayudas en dos de las tres modalidades (para empresas de más de dos años y para las de más de cuatro años) no se adecuan a la realidad de la mayoría de las compañías». Si se aprueba este apartado, muchas compañías «no podrán optar porque no llegan a los mínimos estructurales exigidos», lo que supondrá «una falta de concurrencia de una parte importante del sector». Unas exigencias que los firmantes consideran «más empresariales que artísticas», según explicó un miembro de una de las compañías que prefirió mantener el anonimato.