TW
0

LAURA MOYÀ|CERDEÑA

Carles Cechi lleva años al frente de la Obra Cultural del Alguer (OCA). Su devoción lidera la comunidad catalana de la ciudad sarda, logrando que la memoria histórica de sus habitantes siga viva. El también ex alcalde ha acompañado a los 48 alumnos de la UIB que han pasado la Semana Santa en el Alguer de la mano del CIM, sirviéndoles de guía y explicándoles las relaciones históricas entre Mallorca y el Alguer. «El Alguer y Mallorca han permanecido y continuarán unidos porque comparten un pasado en común», dijo Cechi. Para demostrarlo, el presidente de la OCA mencionó algunos ejemplos. «A principios del siglo XX, Joan Alcover visitó la ciudad para estudiar el alguerés e incluirlo en el Diccionari català-valencià-balear». Ademas, hoy, todavía pueden rastrearse apellidos tan mallorquines como «Garau, Pons, Serra o Eloy», mientras que nombres como Nadal Batle, ex rector de la UIB, o el filólogo Jaume Corbera, el autor del estudio más completo sobre el alguerés, son motivo de admiración.

Las relaciones entre Mallorca y el Alguer durante el siglo XX han sido, sin embargo, bastante esporádicas. Entre los años 20 y 30, se centraron en «el intercambio comercial». Tras las dos guerras, la civil y la mundial, se recuperaron vínculos que se reforzaron en los 70 debido a un doble interés: «Los temas ambientales y turísticos». A nivel lingüístico y cultural, han tenido como interlocutores a «la Obra Cultural Balear y a la UIB» mientras que a nivel político, han compartido experiencias «con los nacionalistas».

En 1989, se hermanaron. «A los políticos les interesó importar el modelo turístico que Balears había desarrollado. Con el tiempo, se vio la parte negativa de un turismo basado en la destrucción del paisaje y se buscaron otros métodos y recursos para llamar la atención de los visitantes».