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P.G.

Un día de 1880, un grupo de personas se reunieron en el Colegio Mayor de la Sapiencia para debatir sobre cómo reunir fondos para fundar un museo y evitar, así, que determinadas obras de arte fueran malvendidas o sacadas de la Isla. Era el principio de la Societat Arqueològia Lul·liana. En agosto de 1891, el obispo de la Diócesis, Mateu Jaume, aprobaba su constitución. Todavía con mucho camino por recorrer, la institución cumple en 2005 125 años de vida dedicada al «estudio, la defensa y la difusión del patrimonio y a la investigación de la vida y la obra de Ramon Llull», según Maria Barceló, directora del centro desde hace una década. Para conmemorar esta fecha, la Arqueològica prepara diversas actividades. La publicación del segundo volumen de la «Història de la Societat», una exposición e iniciar la realización del índice del «Bol·letí», la revista que la SAL publica desde 1885, son los proyectos prioritarios que quieren ponerse en marcha en 2005.

La informatización del índice de la revista «es un tema prioritario». A punto de salir el número 60, el «Bol·letí» nunca ha dejado de publicarse durante sus 120 años de vida. De ahí que el número de colaboradores y de estudios publicados sea muy amplio, lo que hace que «la informatización de los datos sea urgente». La publicación de «Història de la Societat Arqueològica Lul·liana» es el segundo proyecto que la institución pondrá en marcha. En este número se hará incidencia en el rico patrimonio de la Arqueològica, sobre todo a las tareas de inventariado y catalogación de sus bienes. No en vano, esta institución «abierta a todo el mundo pero de gestión privada» tiene «muchos bienes» aunque «poco dinero», una queja con un trasfondo importante: la corriente a 220 voltios no llegó a la entidad hasta hace dos años y las tareas de catalogación y de archivo las realizan de forma altruista los cerca de 700 socios.

A pesar de que la mayoría de sus fondos se encuentran en el Museu de Mallorca, la conservadora de la SAL, Magdalena Riera, señaló que la sede de la sociedad acoge bienes arqueológicos y artísticos; fondos bibliotecarios y archivísticos y colecciones variadas. La exposición, prevista para abril, estará comisariada por Manuel Ripoll y contará con la colaboración de la Biblioteca Nacional de Catalunya. La muestra reunirá una serie de volúmenes cuya importancia radica en su encuadernación.