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El Teatro Xesc Forteza acogió ayer por primera vez la ceremonia de entrega de los premios Ciutat de Palma. El cambio de ubicación se debió a que los fuertes vientos vividos en Ciutat a principios de semana habían causado grandes desperfectos en el escenario y la cubierta de lona colocada en el Castell de Bellver para dicha celebración.

A pesar del nuevo espacio, preparado con carácter urgente, el Ajuntament de Palma consiguió una gala muy digna que fue retransmitida en directo por el centro territorial en Balears de TVE. No obstante, el traslado de la ceremonia al Xesc Forteza supuso una disminución en el aforo, puesto que la capacidad del teatro es inferior a la del Patio de Armas de Bellver. Para solucionar este imprevisto, se habilitaron algunas de las salas adyacentes con pantallas desde las cuales algunos invitados siguieron el acto.

Presentada, como el año pasado, por Maria de la Pau Janer, la ceremonia se inició con la actuación de la Escola de Música i Danses de Mallorca, acompañada del Quintet Folk42. Durante el desarrollo de la gala, la escritora dedicó unas palabras «al buen momento cultural» de Palma, «que en el último año ha vivido la apertura de Es Baluard, un museo que ha iniciado su rodaje con un gran éxito y que se ha convertido en un punto de referencia para la plástica en el Mediterráneo». Asimismo, hizo mención a los nuevos galardones de narrativa y poesía en castellano, que sumados a los de lengua catalana, «amplían el reconocimiento a la realidad de la convivencia y la tolerancia y la validez de la creación en las dos lenguas».

El acto, que fue clausurado por la orquesta de cuerda I Musici, trascurrió tranquilo, con algún dato anecdótico como el olvido de Miquel Ferrà i Martorell que después de recoger su premio casi abandona el escenario sin dedicar unas palabras al auditorio. Al finalizar la gala, en el hall del teatro se sirvió un cocktail mientras en una gran pantalla se disfrutó del juego pirotécnico del Aiguafoc.