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La novela histórica continúa viviendo momentos de gloria tras el impulso de los últimos años, y las que llevan incorporados misterios pictóricos, navegaciones oceánicas a la espera de intrépidos navegantes, sabios y mujeres de belleza indescriptible, todavía más. Estos son los principales elementos que maneja en su novela Tomeu Matamalas, que acaba de publicar «Les rares pedres fines». Con esta obra, el escritor de Manacor ganó el premio Blai Bellver de Xàtiva de 2003 y ahora Bromera acaba de editar el texto, un canto al Renacimiento que se mueve entre la Florencia de los Médici, Flandes, Mallorca, Catalunya y Génova. La genealogía de esta obra, que convierte a Matamalas en un humanista - es músico, aficionado a las artes plásticas, hombre de teatro y ahora escritor -, está en un viaje a Florencia hecho en marzo de 2003. «Quedé impresionado por el arte y pensé que debería hacer una serie de canciones para explicar el Renacimiento».

Pero la música no era el mejor soporte para narrar aquella gloria. Según Matamalas, «era imposible reunirlo todo en doce o trece temas. Todo se me desbordaba. Los personajes reales parecen de novela y entonces me di cuenta de que lo que tenía que hacer era escribir una novela». Una obra que como reconoce el propio escritor es en muchos casos deudora del síndrome Stendhal. «Escribí el libro en cuatro meses. Nunca había escrito una novela pero la lectura siempre ha estado muy presente en mi vida, por lo que no tuve demasiadas dificultades para terminarla».

Matamalas explica que «es una novela histórica porque contiene todos los elementos de las obras de este tipo. La única licencias que me he permitido ha sido hacer coincidir hechos alejados temporalmente». De hecho, todos elementos pasan en dos momentos claves: en 1457 y en 1478. «Los protagonistas son casi los mismos, sólo que con veinte años de diferencia, porque hay un misterio no resuelto que pasa de una época a otra». El libro «es una excusa para poder hablar sobre el Renacimiento, Florencia, Carlos de Viana, Mallorca o de los posibles orígenes de Colón pero sin ser una trama puesta al servicio de estos hechos y estos personajes. Lo que quería hacer es captar el espíritu renacentista, trasladarme a otro tiempo, divertirme».