Maribel Quiñones, Martirio, ayer en Palma. Foto: MIQUEL ÁNGEL CAÑELLAS

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Sigue luciendo sus peinetas, sus gafas de sol, su inconfundible humor, su carácter luchador. Sigue redescubriendo la copla, cada un día un poco más, para hacerla más accesible a todo el mundo. Maribel Quiñones, Martirio, sigue incombustible. Su último experimento, «Acoplados» junto Chano Domínguez, donde mezcla la copla con el jazz, podrá escucharse en directo en el Auditòrium el próximo 1 de diciembre.

«Las coplas son los grandes clásicos de la música popular española del siglo XX», afirmó la artista. La idea de acercar este género al jazz y convertirlo en algo nuevo ha permitido que la copla «gane en libertad y en improvisación», algo que «antes nunca había soñado». Además, ha logrado captar nuevos adeptos. «La gente ve muy lejana la copla. Sin embargo, ahora, hemos empezado a descubrir que el público empieza a acercarse, descubre una nueva concepción, otras letras, la gente se engancha en pleno 2004». Toda una «satisfacción» y un reconocimiento al trabajo realizado por Martirio: «Siempre he actualizado la copla, lograr buenos resultados me alegra».

Unas letras que han sido levemente modificadas por Martirio y que se han impregnado de su forma de ver la vida. «No puedo pedirle a alguien que me diga que me quiere si no es así, por lo que no puedo cantarlo». Es «una mujer libre» con unas convicciones muy claras. «En muchas canciones, la mujer parece la víctima. Mis intervenciones en los temas han sido para procurar que la mujer sea dueña de su vida».