M. Nadal, Pere A. Serra, D. Mulet, R. Socias, C. Simarro, F. Fiol, J. M. Rodríguez y J. J. Lemn. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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El sueño de muchos aficionados al mar se cumplió ayer en Sóller con la inauguración del primer museo marítimo de la Isla, instalado en el Oratorio de Santa Catalina, un edificio del siglo XIII situado en el Port de Sóller, y en la antigua escuela de marinería. Al acto de inauguración, presidido por el alcalde de la localidad, Carlos Simarro, acudieron los consellers de Cultura e Interior del Govern, Francesc Fiol y José María Rodríguez; Ramon Socías, delegado del Gobierno; Dolça Mulet, consellera de Cultura del Consell; Joan Albertí, alcalde de Fornalutx; Pere A. Serra, hijo ilustre de Sóller; el comandante de la Estación Naval, Miquel Bosch, y el comandante de la Base Aérea del Puig Major, Francisco Moratinos, además de Ses Valentes Dones.

Miquel Nadal, regidor de Cultura, dio la bienvenida a los asistentes y calificó el museo de «único en Mallorca», mientras que el alcalde se mostró «orgulloso» de que ya sea una realidad. El coste inicial del proyecto fue de 323.600 euros, asumidos por el Plan de Excelencia Turística de Sóller. El montaje fue realizado por la empresa Fandango SL según un anteproyecto redactado por el anterior equipo municipal. Con la inauguración culmina un largo proceso que comenzó cuando el Consell Insular inició la restauración del Oratorio. Inicialmente, la rehabilitación del edificio no contemplaba la creación de un museo, pero la aprobación por parte del Consell de un Plan Director del Museo Marítimo de Mallorca concebía una red con diferentes sedes, lo que posibilitó la entrada del Oratorio en dicho proyecto. No obstante, el Museo Marítimo de Sóller es de titularidad municipal, dado que el citado proyecto del CIM se ha retrasado.

El museo es un centro de interpretación de Sóller y su puerto en relación con el mar a lo largo de los siglos. Pasa revista a la emigración local a Francia y a Ultramar, muy relacionada con la navegación comercial desde finales del XIX, a las actividades de la carpintería de ribera y a las faenas tradicionales en relación con el mar. La sala principal se asemeja a la bodega de un barco y está construida en madera de roble; unas vitrinas en movimiento representan el mar de fondo según un sistema mecánico recuperado de las técnicas teatrales del siglo XVIII. También se puede contemplar un montaje audiovisual que sumerge al espectador en el mar a través de una gota de agua; piezas de la Marina Mercante, de la Armada y donaciones de particulares y entidades. Todos los que han colaborado recibieron ayer un diploma de agradecimiento. El próximo día 28 habrá una jornada de puertas abiertas desde las 10.00 a las 20.00 horas.