La Biblioteca de Cultura Artesana, buque insignia del Consell Insular.

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El departamento de Cultura del Consell de Mallorca ha iniciado la elaboración de un Plan Director de Bibliotecas Públicas que, según la consellera Dolça Mulet, se presentará el próximo año. Los técnicos comenzarán por una radiografía del estado de la cuestión en las 72 bibliotecas de la red del CIM. El Mapa de Lectura Pública, uno de los aspectos del plan, se traducirá en un diagnóstico «sobre las necesidades de lectura pública en Mallorca, establece el tipo de servicio bibliotecario que corresponde a cada población» y «planificará, programará y coordinará las inversiones de las diferentes administraciones públicas» de la Isla en este ámbito. Tanto Mulet como el director insular de Cultura, Guillem Ginard, insistieron en la necesidad de poner al día el modelo de gestión bibliotecaria «para adaptarnos a las tendencias y estándares europeos» y apuntaron que su intención es que del citado plan surja un proyecto más amplio, la futura Ley de Bibliotecas, ya que «junto con Canarias somos la unida comunidad autónoma que no la tiene».

Una vez elaborado el plan, el Consell se pondrá de acuerdo con el resto de administraciones para que se adhieran con sus bibliotecas. Ginard explicó que «todos tenemos que jugar un papel importante» en la puesta al día del modelo bibliotecario. En este sentido recalcó la importancia de llegar a acuerdos con el Ajuntament de Palma para que sus bibliotecas entren en la red. Según Ginard, en Cort existe una «voluntad» favorable. Lo primero que tendrán que plantearse los técnicos y los políticos será «el modelo de gestión que queremos» y éste, en buena medida, dependerá de los resultados de la encuesta marco que se hará en las bibliotecas de la que saldrán las necesidades de todo tipo que padecen estos centros.

Mulet, que ayer contó con la presencia de Francesc Riera, jefe del servicio de bibliotecas del CIM, aseguró que en la redacción del mismo se «implicará a todo el personal bibliotecario». El análisis del estado de la red también afectará a la Biblioteca Lluis Alemany, un centro para investigadores de pendiente del Consell «y, por supuesto, se deberá de adaptar a lo que dictamine el plan». Y la Biblioteca de Cultura Artesana, situada como la anterior en la Misericordia, y buque insignia de la red del Consell, se convertirá «en el modelo de gestión para el resto sin perder su especialización», señaló Ginard. Que las bibliotecas dejen de sentirse como «almacén de libros, espacios exclusivos para estudiantes e investigadores y templos de silencio», así como que la realidad de cada una de los municipios esté presente en el contenido de este proyecto, fueron dos aspectos sobre los que Mulet hizo ayer incapié. Para la consellera, el nuevo concepto de biblioteca pública ha de articularse en base a que se conviertan en «espacios culturales, informativos, educativos y lúdicos abiertos a todos los ciudadanos y sean una puerta de acceso a la información global y local». Atender a la multiculturalidad, velar por el equilibrio interterritorial, trabajar en red y crear un catálogo único serán otro de sus puntos básicos a tener en cuenta.