Jotas con música de Maria del Mar Bonet para abrir el espectáculo. Foto: PERE BOTA

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JOAN CASTELLS/MARIANA DÍAZ

«Estoy aquí por cariño y porque creo que el baile es bueno para la juventud». Así se expresaba ayer en la bailarina Cristina Hoyos, que con su presencia y actuación amadrinó la presentación en sociedad de la asignatura de danza española, especialidad que el Conservatori Professional incluirá en su oferta el curso que viene. Cristina Hoyos, que también participará en la IX Temporada de Danza de Ballet de Mallorca, en el Auditòrium, adelantó ayer en el Conservatori un pequeño fragmento de «Yerma», la pieza que interpretará en septiembre junto con la Compañía Andaluza de Danza, que dirige.

En el Auditòrium encarnará un personaje que no es el principal, la vieja pagana. «Hago el segundo papel porque hay que dar oportunidades a la gente joven, y porque si, ahora, salgo de Yerma, una mujer joven recién casada, el público no se lo cree; ya no me veo en ese papel, sino en el de la vieja, e intentaré seguir haciendo personajes de acuerdo con mi edad, pero no me importa porque disfruto y es una manera de no anunciar una retirada así, pronta». Bailarina internacional, no piensa en dejar el escenario porque el público le pide que continúe: «Cuando nos contratan preguntan, ¿Cristina seguirá bailando, no? Bailo menos, pero sigo bailando, porque, además, es importante para la compañía».

Con su arte y su alegría de vivir no pudo ni la enfermedad, un cáncer de mama que ha superado. «El baile me ha ayudado muchísimo; yo pensaba que quizá me retiraría por otras cosas, pero por esto no; efectivamente, me quitaron los ganglios y empecé a mover el brazo, lo muevo igual que el otro. Además del baile me ayudó el cariño de mi gente, de mi marido, de mi familia y, sobre todo, decirme que de esto salgo. Los médicos te operan, te dan la quimioterapia, pero lo más importante es decirte que sigues para adelante». A los tres meses de la operación «estaba bailando». Con estas palabras, Cristina Hoyos quiere animar a las mujeres en su situación, para que digan «p'alante» y «vean siempre la luz muy clara».