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En unos días tan tristes, después del atentado de Madrid, la obra de Amelia García tiene más vigencia que nunca. Sus grupos de figuras humanas en cerámica invitan al diálogo, un aspecto que quiere reflejar con su trabajo. Así lo expresó el pasado miércoles durante la inauguración de una exposición de sus piezas en la Fundación Sophia de Palma, que contó con la asistencia, entre otros, del escultor Jaume Mir y de Pere A. Serra, presidente del Grup Serra, a quien Amelia García felicitó por haber llevado a cabo la creación del Museu es Baluard, que calificó de imprescindible.

«La propia obra me va pidiendo conjuntos de figuras», apunta la artista, que crea piezas desprovistas de lo accesorio que se elevan en altura. Alejándose de la representación individual, sus grupos escultóricos expresan «esa necesidad de apoyo de los otros» y de un sentimiento «positivo en las relaciones con los otros». Lo hacen en la Fundación Sophia, «donde todo el equipo de trabajo se portó fenomenal en el montaje», dice una artista que se siente «heredera de la historia y deudora de mis alumnos y compañeros». Ella es profesora de la Escuela de Arte.