Bechtold evocó sus contactos con la resistencia antifranquista. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL.

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B.P.
Bechtold, el pintor que se continúa situando a «contracorriente», por ejemplo, ante las instalaciones y el pop- art, inaugura hoy una muestra de su última producción en la galería Altair de Palma. Integrada por cuadros de gran formato, obras con tendencia a la monocromía «para no perder fuerza», Bechtold se mueve dentro los parámetros del informalismo que han orientado su producción y apunta una cierta recuperación del componente matérico que le había caracterizado en otras etapas. Bechtold quiso definirse «siempre a contracorriente», como el gran arte.

Edwin Bechtold (Colonia, 1925) se reafirma «en la búsqueda de la simplicidad, de las formas simples y directas que llegan al espectador». El artista, que cumplirá ochenta años el próximo año 2005, adelantó que estaba preparando diversas exposiciones en Alemania y en España para celebrar este aniversario. Ya en el terreno de la confesión personal, el pintor, que hace veinte años vive en Eivissa, afirmó añorar aquella Isla que permitía «aislarse» en un lugar que era por aquel entonces «el más barato de Europa».

A pesar de lamentar esta evolución de la Eivissa posterior al boom turístico, Bechtold afirmó que había procurado convertir su casa en un reducto, «una isla dentro de una isla», con la finalidad de preservar la calidad de vida que había ido a buscar. El pintor recordó también en la presentación de la exposición sus primeros pasos en el mundo del diseño gráfico en Barcelona, una época en la que evoca con cariño su entrada en contacto con los ambientes del antifranquismo intelectual y sus relaciones con Dau al set.