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ARCA y el Grup per l'Estudi dels Fortificacions de Balears (GEFB) califican de «atentado» y de «sin sentido» cómo se ha resuelto la conservación de un lienzo de muralla renacentista (s. XVI) en el interior del aparcamiento de Via Roma, inaugurado esta semana. La muralla se descubrió con las catas arqueológicas previas a las obras. También se preguntan dónde se encuentra otro lienzo, la contraescarpa, aparecido al mismo tiempo, que completaba el conjunto de la fortificación.

Para los representantes del GEFB, «asumir la integración de un elemento arquitectónico en una construcción de nueva planta, sea cual fue su índole, significa y supone comprometerse y aceptar las adaptaciones necesarias y modificaciones pertinentes del edificio a construir, pero, en ningún caso, y bajo ningún concepto, alterar, fraccionar o eliminar elementos que desvirtuen el elemento original». Ambas asociaciones denuncian que las medidas del lienzo de muralla hallado se han visto «reducidas notablemente, pues conceptualmente el lienzo alcanzaba una altura de cinco metros que han quedado casi en la mitad, eliminándose numerosas piezas de marés». Para ARCA, la muralla ha quedado reducida a «dos muñones» y encerrada «en una jaula de oro». «Hemos perdido la memoria histórica porque han desaparecido el foso, la contraescarpa, y se ha rebajado la muralla de cinco a tres metros». Además, añaden, «en la muralla se ha abierto un boquete de tres metros y medio, cuando iba a ser de 18 centímetros para el paso de unos tubos y de 70 para el de unas pluviales».

La contraescarpa, explican desde el GEFB, expertos en fortificaciones, «tanto en el aspecto táctico militar como en el arquitectónico tiene el mismo valor que la escarpa y, merecedora de ser conservada».