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«En Brasil, la convivencia con las diferencias no es traumática». Arnaldo Antunes es compositor, poeta y músico. Cree en el mestizaje porque forma parte de él mismo, de su manera de crear y de pensar. Acompañado por el catedrático Perfecto Cuadrado, el artista habló ayer sobre «El Brasil dels brasils: literatura i mestissatge» en la Fundació la Caixa. La charla cerró el ciclo «Futurisme. Imatge i realitat del turisme a les Illes Balears».

«Mi propia naturaleza me empuja a interesarme por las artes en general», un interés que proviene de la modernidad que, a su vez, bebe del espíritu tribal. «La cultura primitiva no diferenció entre las artes, las incluyó en sus rituales diarios». Fue el hombre quien las separó, «creó el arte para ser visto y la música para ser escuchada». Por eso, en la actualidad, se busca ese ancestro, «romper con la barrera y rescatar el espíritu antiguo». De ahí la necesidad de abarcar diversos campos y dejarse llevar, de mezclar.

«En Brasil, la presencia de la música popular es inmensa». La mayoría de los cantautores de ese país «mantienen la tradición de la poesía cantada». «Me gusta intercambiar información entre los diferentes lenguajes sonoros, no me sitúo en un género concreto». Esta situación propicia la fusión de tendencias, mezclar «el funk con el jazz y el jazz con el hip hop». «La originalidad, antes una meta, se ha convertido en un a priori para la composición, forma parte de la naturaleza de Brasil», según Antunes.