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Manuel Vázquez Montalbán asistió a la marcha zapatista que recorrió medio México para pedir el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Su experiencia sirvió para narrar el documental «Caminantes», de Fernando León de Aranoa, que ayer pudo verse en la Fundació la Caixa.

-¿Qué le parece «Caminantes»? ¿Real?
-Es especial porque muestra cómo hablan una serie de personajes de un pueblo por el que va a pasar la caravana zapatista. Los personajes están muy diferenciados y, cada uno, va opinando sobre qué ha significado el zapatismo y qué pueden esperar. Llega la caravana, apenas se ven y el pueblo se queda esperando como ha hecho siempre. La película no exalta la fiesta zapatista, porque enseña el antes y el después.

-¿Qué opina del movimiento zapatista?
-Es interesante porque ha acabado siendo un elemento de convocatoria de la sociedad civil, una llamada de atención con carácter de revolución cultural para que sea la sociedad mexicana la que pida el cambio. El país se encuentra en una tesitura curiosa, con un salto económico de inspiración neoliberal muy agresivo, y con unos once millones de personas que viven como ciudadanos de segunda clase. Hay que ligarlo al espíritu de la globalización. No están reclamando un cambio radical de sistema, sino un lugar dentro de un sistema global que respete sus señas de identidad.

-¿El comandante Marcos podría formar parte de una novela?
-Tal vez. Marcos es un escritor bastante bueno, con una manera de narrar muy pegada a la tradición de la literatura oral de los mayas. Ha encontrado un sistema narrativo muy hábil, con personajes metafóricos. Tiene una prosa expositiva que refleja una visión cósmica de los mayas, cómo entienden la realidad y cómo la expresan.

-Su personaje Carvalho cada vez se acerca más al mundo gastronómico.
-Bueno, siempre le ha interesado la gastronomía, como a mí. Es inevitable. Es lo que el público pide del personaje, que al menos queme un libro y que explique una receta.

-¿Algún día morirá Carvalho?
-Cuando yo muera. Matarlo no me seduce nada. Depende del uso que pueda hacer de él. Por la edad que tiene, no es creíble como investigador privado. Traté de convertirlo en espía de la Generalitat de Catalunya, pero la cosa no está madura..