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En 1771, Jordi Bosch construyó el órgano del convento de Sant Francesc. En la actualidad, el paso del tiempo y una intervención desafortunada que sufrió en 1952 han hecho que el instrumento se encuentre en mal estado. Para paliar esta situación, ayer se firmó un convenio entre el CIM y la Orde Regular de Penitència de Sant Francesc para su restauración, que recaerá en Gerhard Grenzing.

La intención de la restauración es recuperar el instrumento histórico respetando la filosofía y el espíritu del autor y, también, dotarlo de las nuevas tecnologías. «Del órgano original prácticamente no queda nada, sólo algunas parte de la fachada», comentó mosén Antoni Martorell, compositor y organista.

Para poder llevar a cabo la recuperación, Grenzing deberá imaginarse «cómo sonaba» para, así, «recobrar su sonoridad». «Toda pieza tiene su propia alma y hay que recuperarla». Después, su trabajo se dividirá en cinco partes. En la primera, tomará medidas y realizará el diseño técnico. En la segunda, hará los secrets, «allí donde se insieren los tubos». La tercera consistirá en «la realización de los fuelles» y, la cuarta, en «comprobar su funcionamiento», que se hará en el taller de Grenzing en El Papiol. Por último, se instalará en Sant Francesc y «se ajustará la sonoridad de cada tubo a la acústica de la iglesia». Se prevé que la intervención dure dos años.