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«Se trata de una adaptación peculiar, con teatro dentro del teatro». El director Pere Noguera definió así la pieza «Desbarats», de Llorenç Villalonga. La última producción de la temporada de la Fundació Teatre Principal se presentará mañana en el Auditori de Alcúdia. También estará en Sa Màniga el 9 de noviembre, en el Teatre Principal de Maó el 16 y 17 y en la Sala Mozart del Auditòrium del 21 de noviembre al 1 de diciembre.

La obra, adaptada por Guillem Frontera, deja al descubierto el espíritu de vanguardia de Villalonga. «Las piezas beben del surrealismo, del absurdo», lo que sitúa al autor mallorquín dentro de las tendencias que se recreaban en Europa. «Villalonga estaba al día y, prueba de ello, es que los 'Desbarats' siguen manteniendo el frescor y la modernidad 60 años después de su aparición», según Noguera. Los «Desbarats» recreados no se habían visto antes en un escenario mallorquín, con «personajes indefinidos y genéricos», que dotan a sus protagonistas de un matiz «universal».

«Aprovechando materiales escénicos antiguos se ha compuesto un collage simbolista», comentó Rafel Lladó, el encargado de la escenografía. Con esta mezcla, se enseña una «representación directa» en la que Noguera ha querido recrear un montaje «como si se estuviera representándose en el seno de una familia». Catorce actores escenifican veinte personajes diferentes, «desbaratados pero sin llegar a ser absurdos», aseguró Lina Mira, una de las actrices que participan en la historia.