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Más de un mes preparando el programa, trabajando juntos para ofrecer un concierto «con connotaciones especiales». Canciones de Scarlatti, tres sonetos de Petrarca musicados por Liszt de «gran dificultad», autores del siglo XX y piezas de Xavier Montsalvatge como «homenaje» al compositor conformarán el recital de la soprano Ainhoa Arteta y el pianista Roger Vignoles en los jardines de Sa Torre Cega. Será la primera vez que actúen juntos en público. El concierto iniciará las Serenates d'Estiu de Cala Rajada.

«Un recital es una exposición casi desnuda ante el público, con ningún tipo de adorno, sólo un piano». Arteta quiso destacar que no tiene nada que ver «con las arias de ópera». «Se trata de otro tipo de trabajo que me llena más». La razón: «Tengo un gran protagonismo». No sólo eso, es «más arriesgado y más satisfactorio» gracias al contacto «directo» con el espectador. La cercanía con el público convierte el recital en un acto «especial». Lo mejor, «la recompensa que se logra al final», en ese instante en que «el público y el cantante son sólo uno». El aplauso se convierte en uno de los pocos instantes de felicidad de la profesión, el «privilegio que da trabajar como intérprete». «Son estímulos que me ayudan a seguir en esta profesión tan dura, ganchos de donde surge la parte más bella del ser humano».

La soprano ha recibido numerosos premios como el Metropolitan de Nueva York o el Plácido Domingo de París. No parece ni preocuparle ni abrumarle en exceso. «Me honra tener reconocimiento, sobre todo porque ha venido pronto, pero es más un incentivo que un premio». Incentivo que le permite continuar esforzándose y trabajando. «Tengo mucho tiempo por delante para demostrarme cosas», dijo.

Para Arteta, la ópera en España «está avanzando rápidamente». Todavía no se encuentra a un «primer nivel», pero está dando «pasos de gigante». La «mayor preparación» y la «mayor ambición sobre temas de más nivel» de los jóvenes ayuda a que la ópera deje de lado su parte elitista. «El mayor acceso a la cultura ha permitido que se hagan más actos artísticos», situación que se asemeja y que ha sido posible gracias a que «el crecimiento de la ópera es paralelo al crecimiento del pueblo».