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En la que está considerada como una de las ofertas más interesantes de Teatres del Món, llega al Auditòrium de Palma la adaptación teatral de la novela «La caiguda», de Albert Camus, en un montaje dirigido por Carles Alfaro. Un soliloquio llevado a escena por Francesc Orella en el que «Camus hace una biografía de su alma», a través de un personaje representado en un prestigioso abogado de éxito, que al final de su existencia descubre el fracaso de su vida. El montaje, cargado de un «irónico y lúcido sarcasmo no exento de crueldad», se adentra en la dualidad humana cuestionando las verdades absolutas, pero sin entrar en la retórica filosófica y moralizante.

Considerada por Alfaro como una obra póstuma de Camus, «es la única que transcurre entre nieblas y humedad con la voluntad clara de llegar al último reducto de su interior». Por eso su ambientación se ve traducida en la escenografía con un universo formado por nueve toneladas de agua que envuelve al actor y una iluminación cuidada hasta el extremo. Es así como se presenta «un hombre ante una inmensidad a la que no hay lugar para el destino», dijo Alfaro.

Desde el primer momento, Francesc Orella afirmó haberse sentido «atrapado» por el personaje, al que califica como un «cobarde cargado de coraje, que nunca capitula. Un escéptico rebelde que lo cuestiona todo y que nunca queda convencido». Se trata de una obra contradictoria que ha precisado de un gran esfuerzo a la hora de personalizar el personaje y para el que fue preciso, en palabras de Alfaro, «un animal de escena», como Francesc Orella.

Francesc Orella aseguró que este montaje «era necesario dentro de un panorama en el que el público está perdido y no sabe que se le oferta». La obra, una coproducción de Moma Teatre y el Teatre Nacional de Catalunya, fue calificada por el asesor teatral del Govern, Joan Arrom, como uno de los mejores montajes de los últimos años con una cuidada producción.