Detalle del muro encontrado ayer en las Avingudes, en una zanja. Foto: J.M.

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L.MOYA /M.DÍAZ Las obras de los aparcamientos que se están construyendo en las Avingudes, al lado de la Plaça d'Espanya, han sacado a la luz un trozo de muralla renacentista en una zanja donde se trabajaba en la colocación de un colector y donde, según Magdalena Riera, arqueóloga municipal, en épocas pasadas fue un lugar donde ya se había removido para introducir otro tipo de conducciones.

Tras visitar el lugar, y en una primera impresión, Riera opina que el muro, como de un metro de alto, es «un baluarte de la muralla renacentista del siglo XVI». Los planos situaban la muralla por la zona, aunque «era difícil averiguar dónde aparecería con exactitud», añadió. La muralla renacentista empezó a construirse en 1575 y se terminó casi tres siglos más tarde, en 1850. En 1870 se derribó una parte y, en 1902, se derribó del todo. La causa, la presión demográfica que existía en la ciudad, agravada por la imposibilidad de construir fuera de la muralla en cerca de un kilómetro. La sociedad palmesana debatió el asunto, pero abogó por la demolición para construir el Eixample.

Según Angel Aparicio, presidente del Grup d'Estudis de las Fortificacions Balears, este resto es una «contraescarpa del foso que no tiene ornamentos, ni adornos, ni elementos defensivos, es un lienzo simple». Aparicio recuerda que la zona fue un cruce, una intersección del foso de la Porta Pintada y los revellins que llegaban allí de la Porta des Camp. Técnicamente, revellins son elementos defensivos adelantados al baluarte, explica Aparicio. Expertos en patrimonio aseguran que, sobre el plano, se puede demostrar la existencia de restos patrimoniales en el subsuelo de la zona.