Compay Segundo posó ayer para Ultima Hora antes de acudir a Costa Nord. Foto: JOAN TORRES.

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«Esto, ¡qué lindo!, chico», ¡Mallorca, qué bueno!», exclamaba ayer a Ultima Hora el músico cubano Compay Segundo en el vestíbulo del Hotel Bellver, donde se aloja desde el pasado jueves. El artista, que actúa esta noche en Valldemossa, abandonó su habitación sobre las 19.00 horas de la tarde para acudir a Costa Nord, donde ofrecerá un esperado concierto, para cenar y disfrutar de una actuación de jazz. Antes de la velada los responsables de Costa Nord le acompañaron en un recorrido turístico por la zona en el que estaba incluida una visita a Son Moragues. Pasadas las nueve la comitiva llegó al restaurante para comenzar la cena y, poco después, asistir al concierto de jazz de Marika Quartet.

Compay, que ayer sólo había salido del hotel para comer, pasó la tarde descansando hasta la hora de partir a Costa Nord. El músico iba elegantemente vestido con un traje gris oscuro y su inseparable sombrero. Jovial, como tiene acostumbrados a sus fans, el Elvis Preysler del son cubano disfrutó estos días con todo lo que pudo conocer de la Isla. Así lo manifestó a este reportero con la simpatía que le caracteriza aunque sus hijos, "dos de ellos viajan con él", y todos los que integran su equipo, una veintena de personas, le cuidan y le protegen debido a su edad. Ayer no fue el único día que abandonó el hotel para pasear por Mallorca.

El autor del «Chan Chan» conoció el escenario de su concierto el mismo jueves en que aterrizó en Son Sant Joan durante una comida en la que degustó un menú típico mediterráneo. Fue un rato en el que pese al cansancio del viaje se mostró muy animado. Después, sus acompañantes decidieron enseñarle la sierra de Tramuntama. El paseo finalizó en s'Estaca, la casa de Michael Douglas, donde comentó que la isla le estaba gustando tanto que hasta se planteaba la posibilidad de venir a vivir. En la finca probó un vino mallorquín de elaboración artesanal y dijo que la posesión le había impresionado mucho.

A juzgar por este programa, sus 94 años no le impiden saborear la vida en toda su intensidad, pero siempre con el cuidado de los que le rodean. Por ejemplo, un médico le visitó en el hotel para hacerle un chequeo ya que sus más de noventa primaveras le obligan a revisiones constantes. Compay Segundo nació un día de 1907 en Siboney. Fernando Repilado se ganó con el tiempo su apodo actual, Compay, que significa compañero y simboliza la amistad, filosofía que el cantante ha sabido seguir a lo largo de los años. Esta noche, con las entradas agotadas desde hace ya tiempo, dará lo mejor de sí a sus seguidores.