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LAURA MOYÀ Hacer una maqueta supone tiempo, dedicación y paciencia. Hay que reproducir a la perfección los rasgos y los detalles lugar o monumento que se quiere plasmar. El Casal d'Oficis ha llevado a cabo un curso de maquetistas financiado por el programa Enllaç de la Comunidad Europea. Once alumnos han recreado el Castell de Bellver y su bosque. El resultado se ha cedido al Ajuntament de Palma, que lo expondrá en el Museu de la Ciutat, situado en el castillo.

La intención era «crear una maqueta para ofrecerla a la ciudad», en palabras de Sergio Castañeda, director del Casal d'Oficis. Esta iniciativa sirve, además, para «conocer mejor el castillo y sus alrededores», según Carme Feliu, concejala de Cultura.

Los alumnos han invertido 6.000 horas de trabajo a lo largo de seis meses, el tiempo que ha durado el curso. Cuando llegaron no tenían ninguna experiencia. «Les hemos dado clases de topografía, delineación, geología y dibujo técnico, entre otras cosas. También han visitado la zona para conocerla mejor», explicó Miguel Àngel Morales, uno de los profesores. El resultado: una pieza de 2'5 por 3 metros que pesa unos 200 kilos. «La maqueta demuestra a los alumnos lo que han aprendido», dijo Castañeda. Ahora sólo queda pulir algunos detalles y colocar los cerca de 11.000 árboles que ayer terminaban los profesores.