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El pintor Cándido Ballester, cuya obra está impregnada de un claro interés hacia «el ser humano inmerso en sus alegrías y angustias», está a punto de cerrar una de sus etapas pictóricas para enfrentarse a nuevos retos y retomar antiguas ideas. Su trabajo de seis años sobre la Comedia del Arte llega a «su canto del cisne» con la exposición que inaugura el próximo día 7 en la Fundación Mathias Künh.

En esta ocasión, expone junto a las esculturas de su hija, Mª Isabel Ballester, con la que comparte «afinidad en los gustos artísticos».
En la muestra habrá óleos, papel y un libro de artista, una obra única que se titula «Bahía de ausencias» en la que se recogen ocho poemas suyos y ocho collages originales. El artista dedica esta exposición «a mi amigo Franz, que falleció, un hombre vital».

Cándido Ballester habla sobre esta etapa que ahora cierra. «Duró seis años y fue largamente trabajada». En ella desarrolló pintura sus reflexiones sobre el ser humano «frente a este cauce que lleva hacia la fugacidad que es el tiempo». Para el artista, «muchos colegas suponen que la pintura habla por sí misma, el espectador se pone frente al cuadro y éste le comunica o no. Como yo tengo una imagen literaria, creo que la palabra no está alejada del la línea y el color; la palabra, la música, el color y las formas configuran un triángulo enriquecedor que manifiesta la visión del hombre frente a su mundo y que tiene puntos de contacto».