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El escritor Màrius Serra presentó ayer, en el marco de la Semana del Llibre en Català, su libro «Verbàlia», un profundo y pormenorizado estudio del mundo de la enigmística o, lo que es lo mismo, de los juegos de palabras y esfuerzos de ingenio literario. «Todo un mundo que puede resultar obsesivo», dice.

Serra se encarga actualmente de realizar la página de crucigramas del rotativo «La Vanguardia», una tarea de la que también se hizo cargo Tísner. El escritor nunca se declaró un «adicto» a los juegos de palabras, pero ya desde sus años universitarios mostró un gran interés por el tema. «En la facultad leí un cuento de Cortázar en la que salía el siguiente 'políndromo' (frase capicúa que se puede leer al revés): 'Àtale demoníaco Caín o me delata'. Ello me impresionó de tal forma que empecé a interesarme por esta ciencia, desarrollada a principios del siglo XIX en Italia», asegura. El libro está dividido en dos partes: La primera resume la historia de la enigmística mientras que la segunda ofrece los diferentes tipos de «juegos»: los de adicción («mots maleta»: de dos palábras, como «doctor» y «noctámbulo», surge «doctámbulo»), de sustracción, de multiplicación, de substitución y de criptografía.

«Un ejemplo de juego de sustracción es el llamado lipograma (escribir omitiendo una letra)», asegura Serra. En la historia de la literatura se han escrito libros prescindiendo de una palabra determinada, como la «e».