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ANTONI PLANAS - BARCELONA
Después de recibir casi todos los premios de la literatura catalana, el escritor andritxol Baltasar Porcel todavía se mostraba emocionado después de recoger de manos del president de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, el Premi Ramon Llull de les Lletres Catalanes por su novela «L'emperador o l'ull del vent», un doble título con el que este escritor quiere rememorar la novela romántica de mitad del siglo XIX, donde Porcel sitúa su nueva obra, aunque se niega a calificarla de histórica.

En una entrevista que publica hoy íntegramente Ultima Hora en su edición de papel Baltasar Porcel afirma que «yo fui por primera vez a Cabrera en 1968. Allí nació la idea de escribir una novela. Pero yo soy un escritor que tiene dificultades para crear argumentos. No hilos argumentales, que es sencillo, sino bases que me sirvan para decir lo que quiero decir. En este sentido, los argumentos son convenciones que salen de las vivencias, del lenguaje. Yo no quería hacer una novela histórica, sino existencial sobre la historia del siglo XIX. En aquellos años Francia era un país de una gran entidad, pero también está llena de pobres, lisiados y derrotados. Yo quería hablar de eso y, cuando escribía algo, me salía una novela histórica. Mi voluntad era escribir una cosa mucho más humana. Hasta que no me salió un elemento para crear esta novela humana no me sentí predispuesto a escribirla. El secreto fue una larga carta de amor romántica que aparece al principio del libro».