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Su pasión es el arte contemporáneo, al que ha dedicado toda su vida profesional desde que, en 1970, abriera en Sevilla su primera galería. Reconocida como impulsora de jóvenes valores asentados después en el circuito internacional, a su impulso se debe la creación de Arco, Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid, de la que fue su primera directora. La galerista Juana de Aizpuru, que ha visitado la Fundació Pilar i Joan Miró por motivos de trabajo, habla de arte de vanguardia y de coleccionismo, conceptos sobre los que tiene ideas muy claras.

Para Juana de Aizpuru la falta de coleccionismo en España es una «asignatura pendiente» que nos impide equipararnos con el extranjero. La galerista defiende que el coleccionista hace «un servicio a la sociedad y a su entorno» y piensa que la existencia de buenas colecciones en el país contribuirían a «ganar al turismo intelectual, que es fiel». «Las ciudades con una oferta cultural adecuada son las que más futuro tienen» porque «en estos momentos la sociedad demanda oferta cultural de nivel». Y pone como ejemplo Mallorca, «un lugar tan hermoso, que lo tiene todo, pero que con una buena oferta cultural sería aún mejor».

Aizpuru asegura que en España no existen grandes colecciones de arte contemporáneo de vanguardia. «No hay más de cuatro o cinco y más bien son privadas»; de las formadas por instituciones destaca la de La Caixa, reunida por Maria Corral, o la que ha comenzado a crear la Fundación Coca-Cola. Y se muestra crítica con los museos: «Son conservadores, no se arriesgan porque el mundo del arte está politizado y las nuevas tendencias son polémicas y no tienen buena acogida entre el gran público».