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Los estudiantes de primaria y secundaria sí tienen hábito de lectura pero en gran medida lo hacen obligados, por tanto no es ningún placer para ellos. Éste ha sido uno de los resultados que ha arrojado una encuesta de la Fundación Bertelsmann entre 2.017 estudiantes de 37 escuelas y 12 institutos en Alcúdia, Linares, A Coruña, Prat de Llobregat, Mieres, Gandia y Barcelona. En este estudio el hábito lector ha sido cotejado con los aspectos personales, familiares, escolares y de la biblioteca más cercana que tienen.

La secretaria del programa Biblioteca-Escuela de la Fundación Bertelsmann, Cristina Feliu, asegura que dentro del proceso formativo del niño es importante que los padres compartan la lectura con sus hijos. Feliu también resalta la importancia que los estudiantes aplican a la imagen del libro, aunque no es uno de los regalos que les gustaría. En este sentido, prefieren los ordenadores.

En el estudio se revela que los niños, al estar forzados en la lectura en la escuela, no valoran este hecho y ven la necesidad de que exista una sala en la que no haya la presión de las notas para disfrutar de un libro. A medida que entran en cursos de secundaria se acostumbra a leer en el comedor con las distracciones que suponen la televisión o el equipo de música.
De los datos recogidos sobre el papel de la biblioteca la mayoría de encuestados dicen que acuden a estas instalaciones a hacer los deberes o a estudiar. En este sentido Feliu reflexiona que si sólo se utiliza la biblioteca para estas dos actividades, una vez que los chicos entren en el mundo laboral, dejarán de acudir a las bibliotecas.