El cantautor Paco Ibáñez ofrece hoy, a las 22.00 horas y en la
iglesia parroquial de sa Pobla, un concierto que será uno de los
platos fuertes de las fiestas de Sant Antoni de la localidad.
Ibáñez, ateo convencido, dijo sentirse extraño actuando en una
iglesia, y añadió que hoy le rezaría a otro Dios, «el de la
sensibilidad y el del público».
El espectáculo, tal y como aseguró ayer el mismo músico, «será
un recital en el que interpretaré mis canciones antiguas, mis temas
nuevos y algunos que he tocado muy poco. Será un compendio del que
he sido capaz de crear a los largo de mi vida artística. Pero lo
importante no es lo que se presentará, sino cómo se hará. De lo que
se trata es de sacar el máximo partido a cada canción, para hacer
sentir al público». El músico explicó que en este concierto estarán
presentes todos los poetas que le han ido acompañando, con especial
atención a dos fallecidos recientemente: Rafael Alberti y José
Agustín Goytisolo "del que interpretará dos nuevos poemas
musicados".
Paco Ibáñez es consciente de que ha ayudado a la popularización
de estos artistas. «Es una cosa de la que estoy orgulloso, porque
mucha gente ha descubierto la poesía de esta gente gracias a mi
música», explicó.
Ibáñez se mostró indignado con lo que ha sucedido con la
herencia de Alberti y las disputas entre la hija y la viuda. «Es
bochornoso el espectáculo que se ha montado tras la muerte de
Alberti. El poeta quiso vivir con Maria Asunción y ésta no tiene
porqué justificarse. Es muy triste», declaró. Precisamente Alberti
es uno de los poetas que Ibáñez ha musicado con más éxito. Su
versión de «A galopar» se ha convertido ya en un clásico. «Es un
tema que, además de su contundencia, tiene una gran belleza poética
que resulta universal. Además, su mensaje sigue siendo igual de
actual hoy en día».
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