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TONI LIMONGI La obra del escultor aragonés Pablo Gargallo podrá ser admirada, a partir de hoy, en el Casal Solleric. La muestra recoge un total de 49 piezas, entre esculturas, dibujos, relieves y cartones que realizó el artista formado en París y Barcelona desde principios de siglo hasta la década de los años treinta.

La tinent de batlle de Cultura, Carme Feliu, dijo ayer que «su obra es un modelo de expresividad que ha llegado hasta nuestros días. Esta exposición va a interesar no sólo a los estudiosos sino a aquellos que quieran redescubrir el espíritu de una época y penetrar en las claves del arte contemporáneo».

La exposición ha sido comisariada por Dolores Durán y Rafael Ordóñez Fernández y montada por Faustino Escobar Romero. La hija del escultor, Pierette Gargallo llegó ayer a Palma para asistir a la inauguración de la exposición.

El director del Casal Solleric, Lluís Socies, explicó que «Gargallo alternó en su obra la escultura clásica con la más vanguardista, fruto de su contacto con grandes autores cubistas como Picasso o Juan Gris. A partir de 1910 definió su estilo, que se caracteriza por la valoración del vacío en la escultura. La pieza 'El profeta' es un buen ejemplo de ello. Pese a los ornamentos de su obra más moderna, se puede apreciar un esfuerzo absoluto por el estudio del esquematismo y la fragmentación».