Los momentos de la celebración

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CRISTINA ROS. El reconocimiento del Gobierno español llegó al maestro Aligi Sassu en Milán, la ciudad que le vio nacer hace ochenta y siete años. Fue el viernes, nada más caer la tarde, cuando el céntrico palacio Visconti "que perteneciera a la madre del pancineasta", se vistió de gala para celebrar la fiesta de la Hispanidad, entregando la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica al artista milanés afincado en Mallorca.

Aligi Sassu recibió una gran ovación cuando José Manuel Cervera de Góngora, cónsul general de España en Milán, impuso al maestro la condecoración. Sassu, apoyado en su esposa, Helenita Olivares, escuchó emocionado las palabras que, en nombre del Gobierno español, le dedicó el cónsul. Cervera de Góngora dijo que «sería superfluo enumerar las razones para este reconocimiento porque son de dominio público», para después situar la obra de Sassu en un «nivel universal».

También hizo referencia a Mallorca, «la segunda patria de Sassu» y resaltó que «su amor hacia España, sin duda, ha crecido gracias a su consorte, Helenita». Entonces el público interrumpió el discurso del cónsul con sus aplausos. Antes de imponer la Encomienda al maestro, José Manuel Cervera de Góngora leyó una carta que aquella misma mañana había remitido Maria Antònia Munar, excusando su ausencia «por compromisos adquiridos con anterioridad» y felicitando a Sassu sincera y afectuosamente. Al mismo tiempo, Helenita Olivares y Aligi Sassu afirmaron haber recibido dos obsequios remitidos por el presidente del Govern balear, Francesc Antich.