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Los reyes de España inauguraron ayer el Gran Teatre del Liceu, reconstruido tras el incendio que lo destruyó el 31 de enero de 1994, al descubrir sendas placas conmemorativas del acto en las que figuran instituciones, empresas y personas privadas que han contribuido a que Barcelona vuelva a contar con un coso operístico de talla internacional.

Los Reyes acudieron al Liceu junto con toda la Familia Real, a excepción de la infanta Cristina que no estuvo presente en la inauguración debido a su reciente maternidad. Acompañaron en el acto a los Reyes el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

Además asistieron la presidente del Senado, Esperanza Aguirre; el ministro de Cultura, Mariano Rajoy; el alcalde de Barcelona, Joan Clos, y el presidente del Govern balear, Francesc Antich, entre otras personalidades de diversas instituciones. En la primera de las placas, junto a la leyenda relativa a la inauguración por parte de los Reyes, figuraban la relación de las instituciones que conforman la Fundación Gran Teatre del Liceu y las empresas que forman parte del Consejo de Mecenazgo. En la otra placa, con la leyenda «La voluntad de muchos ha hecho el Liceu de todos», están inscritos ocho mil nombres de artistas, trabajadores y abonados del teatro, y las personas que de, una manera u otra, han contribuido a su reconstrucción.

Los Reyes, que fueron ovacionados por el público que llenaba el Gran Teatre del Liceu puesto en pie, escucharon los himnos de España y de Cataluña, y una vez acabada esta ceremonia se alzó el telón para que comenzase la representación de la ópera «Turandot» de Puccini, que fue acogida con una gran expectación.