La diseñadora Triha Biggar ha creado para la película más de mil trajes basándose en modas japonesas, chinas, mongolas y norteafricanas.

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TONI LIMONGI «Episodio I. La amenaza fantasma», la precuela de «La guerra de las galaxias» y una de las películas más esperadas de la historia, llega este viernes a Palma.

Carlos de Luna, fanático de la saga y miembro de l'Associació d'Amics de la Ciència Ficció, tuvo la ocasión de ver hace unos días el filme en el preestreno oficial de la sala Augusta y su juicio ha sido tajante: «'La amenaza fantasma' es un espectáculo visual de primer orden que dejará atónitos a los espectadores». «Sin embargo» "puntualizó" «la película se hace a veces pesada, más que nada por la inconsistencia del guión y por la falta de ritmo». Opiniones como ésta se han ido repitiendo durante las primeras semanas de estreno en EEUU, donde incluso se organizaron acampadas para conseguir una entrada.

En Palma seguramente no se organizará ningún camping en las Avenidas, aunque se prevé que la gente acuda a ver en masa la película. En 1978, cuando se estrenó «La guerra de las galaxias» en el desaparecido cine Born, las colas volvían a recordar los tiempos de «Lo que el viento se llevó». Hoy en día se estrena la película en seis salas: Augusta, Chaplin, Metropolitan, Portopí Centro, Portopí Terrazas e Hispania.

Ya se ha dicho casi todo sobre «La amenaza fantasma»: Que el «gooffy» digital llamado Jar Jar Binks no ha gustado a casi nadie, que el malo de turno «Darth Maul» no tiene el carisma siniestro de Darth Vader, que Ewan McGregor lo hace bastante bien, etc... Rumores que los mallorquines podrán desmentir o corroborar a partir de este viernes.

Guste o no, han quedado plasmadas en la película numerosas anécdotas e innovaciones tecnológicas. Tan sólo en vestuario, la diseñadora Triha Biggar creó más de mil trajes basándose en modas japonesas, chinas, mongolas y norteafricanas. El 95% de los fotogramas de la película, que comprenden casi 2.000 tomas, emplean recursos digitales.