La obra de Tàpies, que permanecerá expuesta hasta finales de junio, presenta una vuelta a lo matérico, según el artista. Foto: PERE BOTA.

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ANA PÉREZ La obra de Antoni Tàpies ha viajado por cuarta vez al CCC Pelaires. Dieciséis años después de acoger la última exposición del artista catalán, el centro celebra su trigésimo aniversario con «Senzillament Tàpies», una muestra que cuenta con la colaboración del Consell Insular y con la presentación de Josep Melià, autor de los textos del catálogo.

En unas palabras que Ultima Hora reproduce hoy más ampliamente Tàpies afirma que «Miró fue mi maestro. Tenía una integridad humana fantástica, era un ejemplar muy interesante, un adicto a las raíces catalanas, que es un tema que a mí me interesa mucho, y no digamos como artista. Comprendí muy claramente que lo importante en una obra de arte es el trabajo que se hace para transformar el lenguaje, más que los temas de los cuadros. Por eso yo, medio en broma, digo que tenemos dos modelos, uno bueno y otro malo. El bueno es Miró, que transformó el arte, y el malo es Dalí, que tenía unos temas muy extravagantes pero no aportó ninguna novedad a la historia de la pintura».