Susana Solano: «El escultor reinventa constantemente el espacio»

Según palabras de Susana Solano, «es una pasarela peatonal y poco arquitectónica, en el sentido de que he querido que sea muy transparente y ligera, construida con soportes orgánicos, evocaciones vegetales que integran y comunican la gran pared del Baluard con los jardines que se encuentran frente a él».

La escultora, cuando trabaja para un espacio exterior, se muestra como gran defensora de la escultura integrada en el entorno, y así asegura haber concebido la pieza «en función del espacio, de la arquitectura del Baluard, de sa Riera y del mar que se encuentra al fondo. Creo que la escultura en la calle tiene que ser contemplada como una intervención que tenga en cuenta el entorno, tanto como la gente y la cultura del lugar en el que se ubica. He querido que ésta sea una pieza que se pueda habitar, un lugar de tránsito, que forme parte del recorrido de la gente». En este sentido, Susana Solano distingue claramente entre los proyectos hechos para un lugar concreto y «los encargos que te haces a ti misma en el transcurrir diario de tu trabajo, en tu taller, para los que concibes un espacio ficticio y que después expones en una galería. En todo caso, para uno u otro trabajo, el escultor reiventa constantemente el espacio».

Susana Solano, cuya última exposición en Mallorca tuvo lugar en la galería Maior, de Pollença, donde mostró sus creaciones en mobiliario, gusta de experimentar muy diversos lenguajes: «De hecho, cuando conozco en profundidad un lenguaje huyo de él, lo abandono».

Recién clausurada una gran retrospectiva en el Macba, de Barcelona, la escultora asegura que «de alguna forma, esta exposición me ha servido para romper esa imagen de hermetismo que mucha gente tiene de mi obra. Creo que a través de la selección de mi trabajo se ha demostrado que hay una faceta importante en mi trayectoria que se encuentra abierta a la transparencia. De hecho, el proyecto presentado en Palma, se encuentra en esta última línea».