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Es la primera vez que expone. Sólo lleva medio año pintando y sus acuarelas, que se colgaron en el vestíbulo de Son Dureta la pasada semana, fueron vendidas en pocas horas. Se trata de Magín Binimelis Camps, un pintor casi de estreno que se acercó a los pinceles por hobby.

Paisajes, barcos, figuras. Los motivos de sus cuadros no salen de la realidad. «Pinto lo que pienso y todo me influye», asegura. «Por ejemplo, dos de los cuadros que expongo se refieren a la guerra de Kosovo».

Esta nueva actividad en su vida comenzó cuando se le ocurrió ir a comprar una caja de acuarelas a Casa Ramon y en la tienda le dijeron que esta técnica era muy difícil «ya que el resultado puede ser desastroso si no controlas la mezcla de la pintura con el agua». Pero él no se arredró y se lanzó de lleno tras dar clases con un maestro acuarelista y nutrirse de arte acudiendo a exposiciones.

Su pintura se basa en el color y en trazos indefinidos que conforman el contenido de lo que quiere expresar. «Cuando pinto, lo que siento no define algo muy fijo, los colores y las luces de mis cuadros no existen en la realidad. Muchas veces el color depende del estado de ánimo. A veces pinto manchas definidas sobre lo que estoy pensando y les doy forma con la pintura». Ahora su meta es madurar como artista y seguir exponiendo.