El vicepresidente primero del Gobierno de Aragón, Alejandro Nolasco. | Europa Press - EUROPA PRESS.

TW
0

El vicepresidente primero del Gobierno de Aragón, Alejandro Nolasco, ha insistido este viernes en no participar en la reunión bilateral con el Ejecutivo central en relación a la derogación por las Cortes autonómicas de la Ley de Memoria Democrática y ha apostado por «dar la batalla en los órganos judiciales pertinentes».

El Gobierno de Aragón ha declinado este jueves, 16 de mayo, participar en la Comisión Bilateral convocada por el Ejecutivo central sobre la derogación de la ley de Memoria Democrática y se ha ratificado en la «plena constitucionalidad» de su revocación, aprobada por el Parlamento autonómico.

Nolasco ha considerado que, con esta reunión, el Gobierno de España ha propuesto «una conciliación previa, en el lenguaje jurídico», lo que para él es «un acto de campaña electoral, un circo del Gobierno de Sánchez, que pretende mostrar que el Gobierno de Aragón recula ante las imperiosas razones que tiene el Gobierno de España».

En declaraciones a los medios de comunicación, Nolasco ha afirmado que tiene «la conciencia tranquila» porque el Gobierno regional ha hecho lo que contemplaba el pacto de gobierno PP-VOX, a lo que ha añadido: «Lo que es bueno para los aragoneses es que tengamos más libertad de opinión».

«No hay nada de qué hablar» en relación a la memoria democrática, ha continuado el vicepresidente primero, quien ha aseverado que la derogación de la ley autonómica «es una medida totalmente constitucional», recalcando que «se aprueba una ley democráticamente y se deroga democráticamente», lo que «está dentro de los marcos de las leyes y la Constitución».

«Si lo que querían era cualquier tipo de rebaja o que reculáramos, si se puede decir así, pues ya dijimos que no», ha aclarado Nolasco, lamentando que el Gobierno de Pedro Sánchez intente «amedrentar» al Ejecutivo aragonés «simplemente porque no les gusta» la derogación de la Ley de Memoria Democrática de Aragón.

El vicepresidente primero ha rechazado «la superioridad moral de la izquierda, esa superioridad moral de que, bueno, nosotros estamos con el bien, la verdad y la justicia y ustedes, o por las buenas o por las malas, o por lo civil o por lo criminal, van a hacer lo que digamos». «Pueden llevarlo a cualquier institución nacional, internacional o intergaláctica que ellos consideren», ha zanjado.