Por este motivo, se inició una búsqueda en aras de la identificación de los supuestos autores y análisis de los ejemplares, por parte de los agentes de la especialidad del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), junto con los agentes de Medio Ambiente, la Brigada de Investigación de venenos de la estrategia autonómica y Técnicos del plan de recuperación del Águila Imperial de la Junta de Andalucía.
Se realizaron varias inspecciones técnico oculares de la zona donde aparecieron los ejemplares envenenados, tomando diversas tomas de muestras en una batida realizada por guías caninos.
Finalmente, con los vestigios aportados dieron como resultado que los dos guardas de los cotos de caza afectados estaban relacionados como los supuestos autores materiales de la colocación de los cebos envenenados, y los titulares de los derechos de la gestión cinegética, como los supuestos conocedores y promotores de dichas acciones.
Estos hechos llevan a la supuesta comisión de dos ilícitos penales contra la flora y fauna silvestre y los investigados se enfrentan a posibles penas de prisión e inhabilitaciones especiales y al cierre cautelar de los cotos de caza, además de fuertes sanciones pecuniarias.
Esto ha ocurrido dentro del Plan de Recuperación del Águila Imperial Ibérica, actualmente en peligro de extinción, y del águila Perdicera, actualmente en categoría vulnerable. Las diligencias fueron puestas a disposición de la autoridad judicial competente.
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