La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, en una visita a Málaga. | ALEX ZEA - EUROPA PRESS

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La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha considerado que «corresponde ser prudente con respecto a los pronunciamientos que pueda hacer la Junta de Andalucía a la hora de exigir cosas por parte del Estado» y ha instado a «trabajar con escenarios realistas y de prudencia».

Así se ha manifestado Ribera a preguntas de los periodistas en Málaga antes de participar en el coloquio 'Proteger el Mediterráneo desde Málaga', con la directora de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Grethel Aguilar.

Ribera ha explicado que esta es una zona «en la que las cuencas hidrográficas son intracomunitarias, cuencas mediterráneas que dependen de la Junta de Andalucía y que en su planificación deben responder a este desafío, preguntándose cuál es el volumen de agua adicional que se puede aportar y cómo se gestiona con la máxima eficiencia el agua disponible y con qué priorización de usos, para abastecimiento urbano en primera instancia, pero qué capacidad de carga adicional puede haber».

«Sabemos que hay actividad agrícola, pero también sabemos que hay otros usos económicos que demandan mucha agua, algo especialmente importante en una zona como esta, como es en el caso del turismo», ha manifestado la ministra.

En el caso de Málaga, ha dicho que «es cierto que si no se hubiera renunciado en el año 2012 por parte del ministro de Medio Ambiente entonces a la desaladora que teníamos programada en Fuengirola-Mijas hoy tendríamos mayor volumen de agua disponible, mayor seguridad hídrica» y ha señalado que esto «es parte de las actuaciones que la Junta de Andalucía nos ha pedido que asumamos desde el ministerio».

En concreto, ha recordado que la Junta de Andalucía les solicitó «que apoyáramos esa desaladora Fuengirola-Mijas, que apoyáramos en un incremento de la capacidad de desalación en Almería y que contribuyéramos a las medidas de emergencia en el supuesto de que, en efecto, viviéramos un episodio de sequía que se prolongara hasta el verano y que pusiera en peligro el abastecimiento en zonas urbanas».

«Y respondimos, obviamente, positivamente a las tres. No porque sea competencia del Estado, no lo es, es competencia de la Junta de Andalucía; pero sí porque creemos, estamos convencidos de que en supuestos de emergencia es capital ofrecer todo el apoyo que corresponda a quien esté en una situación de necesidad».

No obstante, ha apelado a incorporar «el mensaje de que hay que prepararse; es decir, creo que esta es una lección también de cara a tomarse en serio esta actividad con suficiente anticipación». «Por eso me parece que corresponde ser prudente con respecto a los pronunciamientos que pueda hacer la Junta a la hora de exigir cosas por parte del Estado», ha señalado la ministra.

Ha aseverado que el Gobierno ha puesto «a disposición de los agricultores una serie de cuestiones que nos han pedido en Almería para poder utilizar algunos de los bienes de equipo que estaban disponibles y no estaban siendo utilizados» y, además, están a la espera «de poder contar con un proyecto y suelo en esas nuevas desaladoras que asumimos como de interés general el pasado mes de mayo».

Al respecto, ha apuntado que «a diferencia de lo que ocurrió en Cataluña que los proyectos, la tramitación estaba ya llevada a la práctica y la ubicación estaba ya identificada por parte de la Generalitat, no ha sido este caso por parte de la Junta», señalando que «nos ha pedido que asumamos nosotros la interlocución con los posibles usuarios y es lo que estamos haciendo».

Así, ha indicado que desde Acuamed «estamos teniendo conversaciones con las comunidades de regantes, evidentemente hay que pensar también cuál es la petición que nos llega desde la Junta, si es para uso de riego, para uso de abastecimiento en una zona poblada y poder activar cuanto antes esas obras; y mientras tanto hay que trabajar con escenarios realistas y de prudencia».

La ministra ha considerado que «las lluvias de estos días han ofrecido un cierto alivio a la situación compleja que vive Málaga y la Axarquía, pero evidentemente hay que ser cautos».

Cuestionada también por la posible aportación de agua a través de barco, ha precisado que «a lo que nos hemos comprometido desde el Estado es a poner a disposición de la Junta agua desalada, es decir, nosotros asumimos el coste de la desalación y el coste de llevar ese agua desde la planta desaladora con una capacidad no utilizada hasta el barco que lo pueda transportar».

Pero ha apuntado que «corresponde a la Junta la identificación de los barcos que entiendo están en estos momentos identificando en su caso qué barcos pueden utilizar y la descarga de esos barcos para integración en los sistemas de abastecimiento de la zona de Málaga o Huelva, en su caso».

«Estamos siguiendo de cerca esa relación. Están los equipos técnicos trabajando, tanto de la Junta como del Ministerio, y evidentemente, confiamos en que no llegue a resultar necesario, pero creo que es importante estar preparados por si fuera así», ha apostillado.

Ha expresado que «la falta o el exceso de agua, el deterioro de los ecosistemas, nos afecta en nuestra vida cotidiana» y ha apuntado que por ejemplo la UICN «trabaja con sus grandes ejes estratégicos sobre cómo mejorar las condiciones de vida de las personas gracias a los servicios ecosistémicos, las amenazas del cambio climático incluido en un espacio como el espacio mediterráneo, el impacto que tiene la disponibilidad de agua por sequía o por inundaciones, por riesgo de inundaciones, los ecosistemas terrestres, el océano, es decir, una visión de conjunto muy notable».

Ha señalado que este lunes la Agencia Europea de Medio Ambiente ha hecho público el informe sobre los riesgos, el impacto del cambio climático en Europa «y una de las cuestiones que pone de manifiesto es que esos impactos del cambio climático en Europa amenazan la seguridad energética, la seguridad hídrica, la seguridad financiera, los riesgos de incendios y la salud de las personas».

Pero, ha incidido en que, además, «pone especial énfasis en el hecho de que está ocurriendo a más velocidad de la que pensábamos y que la disponibilidad de agua potable es quizá una de las cuestiones más importantes para el conjunto de Europa y en particular para el sur de Europa».

Esto, ha apuntado, «nosotros sabemos, integrando esta perspectiva de clima y de cambios climáticos en la planificación y en la anticipación en las cuencas hidrográficas que dependen del Estado».