El presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón. | Europa Press - EUROPA PRESS

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El presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, ha anunciado que va a enviar este mismo viernes una carta a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, para pedirle una reunión «urgente» y que escuche también «la voz de los aragoneses» en torno a la política hidráulica y la gestión de la sequía, ante la noticia de que va a mantener un encuentro con la Generalitat de Cataluña.

«Entiendo perfectamente que la ministra se reúna con los responsables de la Generalitat, pero con los del Gobierno de Aragón, también», ha remarcado Azcón en una rueda de prensa posterior a un encuentro con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Carlos Arrazola, en la que ha pedido a la ministra que «no tome ninguna decisión que afecte al agua del Ebro sin haber escuchado a los aragoneses».

En este sentido, ha señalado que quiere contarle a Ribera que «en Aragón no sobra agua» y que el Ejecutivo autonómico está dispuesto a ayudar en las obras de infraestructuras hidráulicas, en una gestión más eficaz de este recurso y de mejorar el próximo plan hidrológico de cuenca, si bien todavía quedan «unos años» para que se vuelva a abrir".

Ha confiado en que el encuentro se produzca la próxima semana porque «no cabría en cabeza humana» que el Gobierno central se reuniera con Cataluña para hablar del agua del Ebro y con Aragón no. «Es imposible», ha asegurado.

El presidente aragonés ha afirmado que están «extremadamente preocupados» porque han visto cesiones «que pensábamos que era imposible que se produjeran», en referencia a la ley de amnistía o a los indultos a los líderes soberanistas catalanes.

Temor a una nueva cesión a los independentistas

«Mucho nos tememos que, si los independentistas catalanes ponen encima de la mesa la necesidad de un trasvase como un nuevo precio político, como un nuevo chantaje, el Gobierno de Pedro Sánchez va a tener que aceptar ese nuevo chantaje y eso es pasar por encima de Aragón y de los intereses de los aragoneses», ha sentenciado.

En todo caso, Azcón ha recalcado que la postura de Aragón es «cristalina» y es un «no al trasvase del Ebro», como han manifestado las Cortes autonómicas este jueves.

El presidente de Aragón ha indicado que quiere saber qué es lo que propone el Ministerio para paliar la «grave sequía» que tiene Cataluña, que «evidentemente habrá que atender». A este respecto, ha recordado que, en el pasado, por ejemplo en Baleares, se ha llevado agua en barcos cisterna «sin necesidad de construir ninguna tubería».

No obstante, ha considerado que en esta Comunidad Autónoma tienen que hacer «una reflexión profunda» porque «han estado mucho más pendientes de la independencia y de la amnistía que de que los catalanes beban agua» y «se han equivocado en las prioridades». A su juicio, si hubieran invertido «el mismo esfuerzo» en infraestructuras hidráulicas, «posiblemente no tendrían los problemas que están teniendo».

Recuperar biscarrués

Por otro lado, en la reunión mantenida con el presidente de la CHE, Azcón le ha trasladado la necesidad de crear nuevas hectáreas de regadío en Aragón, para lo que es preciso seguir hablando de las obras hidráulicas pendientes, como los embalses de Almudévar, Mularroya, Santolea o el recrecimiento de Yesa, que van «con retraso».

De la misma forma, ha defendido que se recuperen obras descartadas, como el pantano de Biscarrués, que ve «importante» para «seguir creando riqueza» y «vida», ya que supondría un impulso «indudable» en los riegos del Altoaragón, con miles de nuevas hectáreas de regadío en la provincia de Huesca.

Biscarrués quedó fuera del último plan hidrológico de cuenca, que eliminó una treintena de embalses que, en palabras de Azcón, permitirían almacenar más agua para los años hidrológicos «malos» como el actual. A ello ha sumado la necesidad de implantar mejoras tecnológicas para una gestión más eficaz y para desperdiciar los menores recursos hídricos.

Ha confiado en que se pueda sacar adelante Biscarrués con «mayor consenso» y «mayor criterio técnico» que el proyecto anterior, por lo que ha pedido al Ministerio de Transición Ecológica, como administración competente, que «reconsidere» su postura porque, aunque hubo «problemas con la tramitación», eso no quiere decir que «no se puedan subsanar».

Sin embargo, ha precisado que lo que no está incluido en el plan hidrológico de cuenca, al igual que cualquier trasvase, «no debería existir» y se deberá discutir de manera «multilateral» en el seno de la CHE.

Confianza en la che

De cualquier modo, Azcón ha destacado que la CHE es un organismo ligado históricamente a una gestión «eficiente y sensata» del agua y se ha mostrado convencido de que así va a seguir siendo en los próximos años, en los que cumplirá su primer centenario --en 2026--.

Ha expresado que es «un orgullo» que Aragón acoja la sede del que fue «el primer organismo en el mundo que se creó para tratar de forma unitaria los problemas del agua en una cuenca hidrográfica».

Asimismo, entre los retos actuales en la política hidráulica, le ha trasladado al presidente del organismo regulador que la sequía también está impactando «gravemente» en la Comunidad Autónoma de Aragón, donde ha dejado consecuencias como la pérdida de puestos de trabajo en el sector primario o el incremento en el precio de los alimentos.

Sin ir más lejos, ha destacado que este último año se ha reducido la cosecha a la mitad, con un impacto económico negativo de 1.500 millones de euros, lo que demuestra que «en Aragón no sobra agua».

Diferencias con vox

Por otro lado, sobre la postura manifestada en torno a este asunto por su socio de gobierno --VOX--, que este jueves se ha negado a votar una iniciativa en contra de «cualquier trasvase del Ebro» y cuyo líder nacional, Santiago Abascal, ha criticado a los 'populares', a los que ha llamado «derechita autonomista», por no apoyar un plan hidrológico nacional que incluya transferencias entre cuencas, ha subrayado que «esta situación no es nueva».

En opinión del presidente autonómico, lo que se ha visto en las Cortes son «distintos partidos políticos» con «distintas posiciones» que no han cambiado.

Así, ha recalcado que la postura del Gobierno de Aragón es «tajante» y no va a defender un trasvase del río Ebro «en ninguno de los casos» porque «no es justo ni es sensato».

Sobre lo que sí que tiene «dudas», ha asegurado, es sobre la postura de la portavoz del Gobierno de España, Pilar Alegría, que es la única ministra aragonesa del gabinete y que están a la espera de que exprese si «va a apoyar o no un trasvase del Ebro» y de que «diga una sola palabra» al respecto.

De cualquier modo, en respuesta al líder de VOX, Azcón ha remarcado que el debate del agua no es una cuestión de «valentía», sino de «hablar con cabeza». En este sentido, ha defendido que, al hablar de trasvases «con hectómetros cúbicos en miles», es importante que haya criterios técnicos «que avalen determinadas declaraciones».

Además, ha añadido, después de pasar dos días en Bruselas, que hay cuestiones que van a ser «extraordinariamente complicadas» y que un trasvase es «difícil» de defender en Europa desde el punto de vista medioambiental, económico y jurídico, además de ser «incompatible» con los «sentimientos» de la sociedad aragonesa.