Archivo - Pablo Ibar, sobrino del boxeador José Manuel Ibar 'Urtain', condenado a cadena perpetua | ASOCIACIÓN PABLO IBAR-JUICIO JUSTO - Archivo

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El abogado de Pablo Ibar, Joe Nascimento, ha solicitado al Tribunal de Apelaciones del Cuarto Distrito Judicial de Florida (EE.UU.) que revoque su resolución del pasado 19 de abril en la que confirmó la cadena perpetua para el recluso de origen vasco.

Ibar, sobrino del boxeador 'Urtain', fue condenado por un triple asesinato cometido en junio de 1994 en la localidad de Miramar, próxima a Miami, cuando dos individuos armados entraron en un chalet propiedad de Casimir Sucharski, dueño de un local nocturno, y acabaron con su vida y la de las jóvenes Sharon Anderson y Marie Rogers.

Según ha informado la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo, el letrado ha pedido al órgano judicial que «reexamine» la sentencia y detalle por escrito los argumentos que le han llevado a adoptar su decisión, «que abocaría a Ibar a vivir en prisión el resto de sus días». Nascimento cree que los jueces que han intervenido en este caso han cometido «errores» a la hora de valorar las pruebas.

El recurso de reposición fue registrado ayer en la sede judicial, radicada en la localidad de West Palm Beach, próxima a Miami. Este trámite procesal se produce después de que la Sala de apelaciones desestimase el pasado mes abril los argumentos que el abogado de Pablo Ibar esgrimió en la vista del recurso celebrada por videoconferencia el 28 de marzo.

Los doce motivos con "irregularidades"

El letrado pidió entonces la revocación de la condena a cadena perpetua y la celebración de un nuevo juicio, «esta vez con todas las garantías legales». Para ello, planteó doce motivos, entre los que destacó «las irregularidades» que se cometieron durante el proceso y las decisiones de «absoluta parcialidad» en las que incurrió el juez Dennis Bailey.

El Tribunal de Apelaciones del Cuardo Distrito, sin embargo, resolvió en contra del recurso. La Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo ha destacado que «lo más desesperanzador» fue que «echó por tierra los postulados de la defensa, sin ofrecer siquiera explicación de por qué los inadmitía».

En este línea, ha remarcado que solo argumentó una de las doce razones, la que acusaba a Bailey, el magistrado que presidió el último juicio, «de parcialidad» en la actuación con un miembro del jurado, que denunció «haber sufrido presiones por parte de sus compañeros para que emitiera un voto favorable a la condena».

«La desestimación sin explicación alguna de once motivos dificultaría a la defensa, según las leyes procesales vigentes en el Estado de Florida, utilizar estas mismas once líneas argumentales en el recurso ante la siguiente instancia judicial, que será en el Tribunal Supremo de Florida», ha asegurado, para avisar de que «dejaría a Ibar en una situación de notoria indefensión».

En consecuencia, Joe Nascimento no podría utilizar en el próximo recurso las razones que constituyen los pilares de la estrategia de defensa, ya que alega «irregularidades» en la realización de las pruebas de ADN, en la identificación facial a través del vídeo que recoge los asesinatos o en las declaraciones de testigos «inducidas por la Policía», entre otras.

Nueva audiencia

Para evitar el «desamparo judicial» del recluso, su abogado presentó ayer como primer trámite esta moción en el recurso de reposición ante el mismo Tribunal de Apelaciones con el objetivo de que haya una nueva audiencia y se «emita una opinión escrita sobre las cuestiones» que el tribunal no abordó el pasado 19 de abril.

Expresa también su convencimiento de que «una opinión escrita» sobre las cuestiones que fueron planteadas en la apelación le «proporcionará una base legítima para la revisión» del recurso que tiene previsto interponer ante el Tribunal Supremo de Florida.

El escrito elevado ante la Corte de Apelaciones está estructurado en 18 puntos, en los que el abogado desgrana los argumentos que le llevan a pedir a la Sala que reconsidere su anterior pronunciamiento. En el texto destaca los «errores» que, en su opinión, se cometieron durante el proceso anterior.

El letrado destaca la complejidad del caso Ibar que, con 29 años de existencia, ha tenido ya cinco juicios, dos acusados --el otro, Seth Penalver, fue declarado no culpable--, múltiples apelaciones, 15 años en el corredor de la muerte, un pronunciamiento del Tribunal Supremo de Florida que consideró que las pruebas «escasas y débiles», 20.000 folios de sumario y un juicio «plagado de errores prejudiciales».

«Todavía muchos se preguntan quién es el varón desconocido que depositó fuertes muestras de ADN y saliva por toda la camiseta azul encontrada en la escena del crimen», añade Nascimento, en alusión a las numerosos muestras que apuntan a otra persona. La escasa prueba de ADN que apareció en esta prenda la atribuye a una «contaminación» que se produjo «en el laboratorio criminalístico de la Oficina del Sheriff de Broward».

Se trata de una prueba que se presentó solo meses antes de la celebración de la última vista oral y, hasta ese momento, todos los análisis que se habían efectuado habían dado negativo. Por ello, el letrado entiende que «este Tribunal debería volver a juzgar este caso porque parece que no entendió el impacto de las pruebas de un incidente de contaminación».

Asimismo, asegura que en el proceso anterior «no se valoraron debidamente determinadas evidencias, se interpretaron erróneamente varias pruebas, se aplicaron criterios de abuso de discrecionalidad por parte del juez y se pasó por alto la pertinencia de algunos expertos propuestos por la defensa».

Joe Nascimento también resalta «la mala praxis» del fiscal del caso, Chuck Morton, durante las tres horas del alegato final, con manifestaciones «incendiarias y claramente impropias», especialmente en la que, dirigiéndose a los jurados, afirmó que no dejaran que este «asesino se salga con la suya».

Por todo ello, solicita que se «reexamine» la decisión de ratificar la cadena perpetua y se emita pronunciamiento por escrito. De lo contrario, insta a que se revoque su condena.

Hechos

Los hechos que son objeto de este procedimiento tuvieron lugar en junio de 1994, en la localidad de Miramar, próxima a Miami. Dos individuos armados irrumpieron en un chalet propiedad de Casimir Sucharski, dueño de un local nocturno, y acabaron con su vida y la de las jóvenes Sharon Anderson y Marie Rogers que se encontraban en el lugar.

La secuencia de lo acontecido fue grabada por una cámara de vídeo situada en el salón de la casa, que, en un momento determinado, captó el rostro de un joven con rasgos latinos que la Policía identificó con Pablo Ibar.

Ibar fue sentenciado a la pena capital en un segundo juicio --el primero fue nulo al no llegar el jurado a un acuerdo--, si bien, tras pasar 16 años en el corredor de la muerte, la condena fue revocada por el Tribunal Supremo de Florida, que estimó que no existían «pruebas físicas» que conectasen al condenado con el asesinato. Posteriormente, fue juzgado nuevamente entre 2018 y 2019 y condenado a cadena perpetua.