Archivo - Trasvase Tajo-Segura | LA UNIÓ DE LLAURADORS - Archivo

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Organizaciones agrarias y de regantes han trasladado este viernes a la Generalitat, en una reunión de la Mesa Valenciana de la Sequía, su preocupación ante la «complicada» campaña estival, en la que dan por perdidas cosechas como el cereal o las cerezas de Alicante, y han reivindicado flexibilidad en la Política Agraria Común (PAC) y en otras ayudas al campo, así como el apoyo del gobierno autonómico a sus peticiones de trasvase de agua desde el Júcar hasta el Segura y Vinalopó.

La Mesa Valenciana de la Sequía, presidida por la consellera de Agricultura, Isaura Navarro, tiene por objetivo analizar la situación del campo frente a la sequía para que el Consell traslade sus necesidades al Ministerio de Agricultura y a Bruselas. De hecho, Navarro se ha comprometido a que las peticiones se trasladarán «de manera inmediata» y ha reivindicado que Bruselas «flexibilice la PAC» de cara a la llegada de las ayudas.

En todo caso, Navarro ha indicado que la Comunitat Valenciana «no está en una situación de emergencia» en cuanto al regadío porque hay reservas hídricas gracias al esfuerzo en modernización, ahorro y depuración, pero el secano está en una situación más complicada«, ha advertido. Por ello, ha remarcado que tanto el Ministerio como la Unión Europea, de quien depende la PAC, »tienen que ser conscientes de cuál es la realidad de la agricultura valenciana" y sus retos.

En la misma línea, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, tras reunirse con la Comunidad de Regantes Acequia Real del Júcar, ha señalado que la Comunitat Valenciana, dentro de la situación que vive en general España, «está un poco mejor», gracias a las lluvias del año pasado y a la modernización de riegos que se ha desarrollado, y que la ha llevado a ser un «ejemplo».

Otoño complejo

No obstante, ha señalado que «estamos ante una situación de cambio climático» y de «sequía extraordinaria» y que se deben «tomar medidas» porque los próximos meses van a ser decisivos, si no llueve, para la forma en la que se enfrente un otoño «más complejo».

En este sentido, en declaraciones a los medios antes del encuentro, el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu, ha explicado que todavía hay reservas de agua para el regadío porque el año pasado los envases acumularon agua, pero «la perspectiva entre los próximos meses va a ser muy complicada».

«Estamos regando casi como en verano por las altas temperaturas y nos estamos bebiendo las reservas que tendríamos que usar en este verano. Entonces, las frutas de verano y, sobre todo, los cítricos pueden tener muchos problemas de cara a la campaña que viene», ha avisado.

Andreu ha indicado que hay «muchos cultivos muy afectados» por la sequía en Alicante y que «prácticamente en el cereal se ha perdido el 100%» mientras en la cereza de la montaña de Alicante, por quinto año, volverá a haber «prácticamente cero cosechas». «El año pasado fue por el exceso de agua de primavera y este año es por la sequía. Es un cultivo de secano y estos efectos de cambio climático le afectan de sobremanera», ha detallado.

«La amenaza de la agricultura de regadío es mucha. En Alicante tenemos el doble efecto de la sequía climatológica y la sequía política que nos quieren imponer con la subida de caudales ecológicos y el trasvase Tajo-Segura. Hay una situación de incertidumbre muy importante», ha añadido.

Desde COAG, su secretario general, Luis Fernando García, ha reclamado a la administración «los pagos de los retrasos de las ayudas de la sequía, de las ayudas de jóvenes de 2018-2019, los planes de mejora y medidas medioambientales, la flexibilidad de la fecha de plantación del viñedo por la sequía, la flexibilidad de los planes de reestructuración del viñedo y prorrogar el cuaderno de explotación hasta 2028».

También ha pedido «flexibilizar los ecorregímenes de la PAC, sobre todo en cultivos leñosos, y la compensación económica para la gente que no pueda regar», así como «ampliar el plazo y prorrogar la fecha de solicitud de la vendimia en verde».

García ha asegurado que «la situación es drástica» e «insostenible» y que la zona de la que proviene, Utiel-Requena, «es un secarral». «O se toman medidas o no sé lo que va a pasar, de qué vamos a comer o de qué vamos a vivir, porque la situación es lamentable, la sequía es total. Entonces, o nos ayudan o a ver qué pasa», ha aseverado el representante de COAG.

Invertir en obras post-trasvase

El presidente de la Junta Central de Usuarios de Vinalopó, Alicantí y el consorcio de la Marina Baixa, Ángel Urbina Olarte, ha explicado que estos regantes han pedido al Gobierno central un trasvase «urgente» Júcar-Vinalopó de 20,5 hectómetros cúbicos y piden que la Generalitat apoye esta reivindicación.

También ha subrayado la necesidad de que la Generalitat siga invirtiendo en las obras del post-trasvase del Jucar-Vinalopó, «que está haciendo bastante bien pero tiene que invertir más para terminar».

«Tenemos una gran riqueza, que son aguas bienarias bajo el subsuelo; lo que hay que hacer es no usarlas, usar aguas superficiales, y, cuando llegue la sequía, usaremos los acuíferos. Esa es nuestra propuesta ante la sequía, usar bien los recursos», ha sostenido.

Aemet: "no estamos en una situación extrema"

El delegado de Aemet en la Comunitat Valenciana, Jorge Tamayo, ha expuesto que, desde principios de año, la cantidad de precipitaciones está «algo por debajo de lo normal», aunque ha preferido hablar de «preocupación» antes de caer en el «alarmismo», porque «no estamos en una situación extrema» ni «mucho menos» semejante a la que se vivió a mediados de los 80 y 90.

Tamayo ha detallado que hay zonas de la Comunitat Valenciana que arrastran «hasta 70 días sin que haya habido precipitaciones significativas» y que marzo y abril «han sido los dos los más secos desde que tenemos registros», pero «febrero fue un mes en el que llovió significativamente, igual que a principio del año hidrológico».

En cuanto a los próximos meses, ha indicado que «desde luego el verano no es la mejor época para paliar los posibles déficits de agua», pero ha señalado que se debe «aplicar el sentido común» e «intentar ahorrar en la medida de lo posible el gasto de agua».