El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, presenta la memoria anual de 2022. | Europa Press - EUROPA PRESS

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El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Lorenzo del Río, ha señalado este miércoles en relación a la posible convocatoria de una huelga de jueces y fiscales a partir del 16 de mayo que «apoya el fondo de las reivindicaciones» de estos colectivos y aunque reconoce que, como presidente del alto tribunal, una huelga de estas características le «duele» y le «preocupa», ha incidido en que «el poder político tiene que ser consciente de que debe asumir unas responsabilidades».

Lorenzo del Río, que ha presentado este miércoles la memoria anual del TSJA en la Real Chancillería de Granada, ha hecho hincapié en que «llevamos 20 años sin que las fuerzas parlamentarias decidan acometer las reformas» que necesita la Justicia, y en su lugar se van aplicando «parches», al tiempo que ha advertido de que no se puede dejar todo a «expensas de la profesionalidad» de quienes trabajan en el ámbito de la justicia.

«Estamos siempre exigiendo que los jueces, como poder del Estado, como garantes de la tutela judicial efectiva, que sean conscientes del servicio público que prestan al ciudadano, pero llega un momento en que esos jueces se ven que no pueden gestionarlo, que no tienen presupuesto de ningún tipo», ha clamado el presidente del TSJA, quien advierte de que no se puede «seguir año tras año sin tomar las riendas» respecto a las deficiencias y reivindicaciones que existen, no solo económicas, sino de carga de trabajo, de creaciones de juzgados y de nuevas plazas.

Ha hecho hincapié en que hay una ley de retribuciones que obligaba al Ministerio a revisar periódicamente los grupos de población, las cargas de trabajo y, entre otros conceptos, la especial responsabilidad en los destinos y «no se ha hecho absolutamente nada». «Hay un fondo de razón en todas las reivindicaciones», ha abundado.

En todo caso, ha reconocido que la huelga siempre «hace mucho daño» en cualquier contexto y «no debería ser lo deseable ni la opción», de modo que los responsables políticos «que tienen en su mano solucionar los problemas» deben «hablar claramente sobre las posibilidades de lo que se puede y se debe hacer» y deben «apostar» y «acordar algo al respecto».