Stsand de Redit Mobility en el eMobility Expo Wolrd Congress 2023 | JORGE GIL - EUROPA PRESS

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Vehículos «adaptables a tu cuerpo y a tus preferencias», que monitorizan el estado del conductor por si sufre algún problema de salud; con una conducción autónoma que puede desplazarnos al punto de recarga más próximo para alimentar la batería eléctrica; que se «adelantan a las necesidades del usuario» e incluso se adaptan a las necesidades de personas dependientes o con movilidad reducida.

Así proyectan el futuro de la movilidad desde iMoLab, un laboratorio que reúne las investigaciones de seis institutos tecnológicos integrados en Redit Mobility y que han mostrado sus proyectos en el marco del eMobility Expo World Congress celebrado esta semana en València. En este iMoLab participan cerca de 15 empresas de sectores diferentes en diferentes proyectos, muchos desarrollados en colaboración con el Ivace.

El coordinador de Redit Mobility, Javier Sánchez, explica que «la movilidad inteligente tiene que prestar servicio a las personas y al mismo tiempo ser inteligente en cuanto a cómo desarrollarse sin poner en riesgo el medio ambiente y el planeta». Además, debe ser «fácil de aprender y utilizar», porque «no se trata solamente de que cada vez tengamos más controles que tengamos que aprender a tocar», sino de que «los sistemas sean capaces de entender nuestras emociones, de conocer nuestras necesidades, que de alguna forma habremos de comunicarles, para prestarnos el mejor servicio», según ha expuesto en una entrevista a Europa Press.

Los laboratorios de los institutos tecnológicos cuentan «con mucha capacidad de simulación» y dejan entrever cómo serán los vehículos del futuro: «Autónomos, eléctricos, digitales, sostenibles no solamente en el consumo de energía, sino de los propios materiales», augura el coordinador de Redit Mobility, que pone como ejemplos el desarrollo por parte de Aimplas de «plásticos con capacidad de incorporar circuitos electrónicos para aligerar los materiales» o un proyecto del ITC que proporciona una segunda vida a las batería. «Todo eso va a contribuir a este futuro», asegura.

Bajo estas premisas, en el iMoLab de Redit Mobility, un entorno simulado del IBV muestra el tipo de análisis que puede hacerse de los Driving Monitoring Systems (DMS) --sistemas de monitoreo del conductor--, también integrados con la propuesta de ITI de comunicación con señalética, como el semáforo o la señal colocadas en el bastidor.

«Si un conductor está durmiéndose, el sistema que tenemos instalado es capaz de registrar el ritmo respiratorio y determinar cómo se relaciona con un comienzo de somnolencia para evitar que se duerma y ocurra algún problema. También podemos registrar hacia dónde mira o medir las emociones de esta persona, si está distraída o alterada, porque el entorno, las circunstancias o una conversación han afectado a su estado de ánimo y el vehículo puede responder a eso», detalla Sánchez.

Y es que «los sistemas de asistencia a la conducción no son solo el carril, la advertencia de vehículos que se aproximan o personas que pueden cruzar, sino también conocer en qué punto está la persona al volante para poder ayudar», detalla Sánchez.

Así, una de las claves de la movilidad del futuro es, para Javier Sánchez, la interacción con el usuario, «adelantarse a sus necesidades». «Una de las cosas que yo creo que pasarán a futuro es que si puedo sentirme mal en el vehículo, pueda asistirme o incluso llevarme al hospital», comentan desde Redit Mobility.

"la sociedad genera diversidad y hay que atenderla"

Además, Javier Sánchez señala que «un aspecto que a las empresas les interesa es que al vehículo se van a incorporar muchas personas, también mayores, mujeres embarazadas o niños», y «los habitáculos no han pensado demasiado en en esa accesibilidad universal que, sin embargo, puede ser resuelta de una manera bastante sencilla». «La sociedad genera muchísima diversidad y hay que atenderla», expone.

Por ejemplo, dentro del campo de los vehículos autónomos también entra el transporte de mercancías. Uno de los centros del iMoLab, Aidimme, presenta «un robot dispensador de mercancía personalizada» que entrega su carga con un brazo robótico tras leer un código QR, pensado para atender a personas con movilidad reducida o mayores.

«En un entorno de viviendas tuteladas con mayores con distintos grados de dependencia, un sistema robótico como este puede ir de habitacion en habitación a entregar a cada persona el menú o fármaco que necesita. A futuro, estos robots sociales van a ser capaces de interactuar y advertir si la persona está alterada o incluso si ha sufrido un percance», ha explicado Sánchez.

Electrificación

Por otro lado, la electrificación de la movilidad es una de las claves del futuro más próximo y uno de sus retos es extender la red de puntos de recarga por carreteras y ciudades. Para mostrar cómo se pasa de evaluaciones virtuales a escenarios reales, el ITE ha presentado un cargador inteligente y su aplicación móvil. «También tenemos la aplicación del metaverso, donde lo que se está haciendo es una prueba de I+D de un sistema de recarga inteligente conectado con el móvil en un entorno de la ciudad de València muy conocido como es la Estación del Norte», expone el coordinador de REDIT Mobility.

Con este simulador de realidad virtual, las empresas pueden comprobar cómo los usuarios se relacionan con el cargador antes de prototiparlo y de invertir dinero sin ver si aceptación.

Javier Sánchez relata que desde hace mucho tiempo se trabaja para que, antes de salir de casa, los ciudadanos ya puedan avisar de su ruta al vehículo y pueda «conocer de manera anticipada cuáles son tus deseos o agenda», de forma «se puede preparar y dialogar con el resto de infraestructuras inteligentes», planificar rutas con las paradas de turno e incluso las recargas de batería. Además, una vez en el coche, «el vehículo podría recibirte», «personalizarse de alguna forma» en sus dimensiones, la temperatura o incluso que la forma de dialogar con la tecnología esté adaptada a lo que a ti te gusta".

«Después empiezas a circular y él empieza a dialogar, por ejemplo, con los semáforos, que le dicen al vehículo que dentro de 20 segundos se va a poner verde y el vehículo ajusta su velocidad», ha explicado.

Una de las líneas de trabajo del iMoLab es Living iMoLab, que serán unos espacios físicos de prueba que se están proyectando en colaboración con el Ayuntamiento de Paterna para «precisamente tener lugares de I+D+i y de prueba de soluciones tanto en ciudad como en un entorno como el Parque Tecnológico». Es «el primer paso que hay que dar para poder desplegar las nuevas soluciones, habiendo comprobado en un entorno seguro y en un entorno científico cómo funcionan realmente», explica Sánchez.

Retos

El coordinador de REDIT Mobility señala que hay retos para que todos estos avances puedan formar parte de nuestra realidad más cotidiana. «Hay una parte de desarrollo tecnológico que evoluciona muy deprisa y hay una parte que evoluciona con más lentitud, tienen que pasar unos años para que el vehículo autónomo sea una realidad generalizada, pero los sistemas de ayuda se van a ir incorporando a medida que se desarrollen», ha aventurado, antes de considerar que en los próximos años «vamos a tener vehículos muy diferentes».

Un reto que apunta Javier Sánchez es la estandarización de cargadores para los vehículos, que deben «armonizarse» para poder realizar inversiones en las autopistas y ciudades. También comenta el reeto de hacer los sistemas de monitorización tipo «compatibles con la intimidad de las personas».